miércoles, 30 de noviembre de 2011

Napoleón Bonaparte, el Emperador que se Adueñó de Europa

Napoleón I, en su Trono Imperial

El hombre de cuna humilde que más tarde sería emperador de Francia y pondría en jaque a reyes y emperadores, nació como Napoleone Buonaparte en el seno de una familia corsa de origen italiano. Córcega, una agreste isla infestada de bandidos, pasó a formar parte de Francia en 1768, un año antes de su nacimiento. A los nueve años, Napoleón aprendió francés en la escuela (aunque siempre lo habló con un marcado acento italiano), lo que le permitió asistir a la academia militar de Brienne-le-Château en Francia. Su familia era tan pobre que sus gastos académicos fueron financiados por el Estado francés pero desde muy temprano se hizo evidente que Napoleón era un hombre muy capaz. Después de graduarse en 1784, ingresó en la Real Academia Militar de París, donde en 12 meses logró completar un curso de dos años, destacándose especialmente en matemáticas, geografía y ciencias. A los 16 años fue nombrado subteniente de artillería.

Los Tiempos de la Revolución

Napoleón liderando a su tropas en la Batalla del Puente de Arcole

A la muerte de su padre, en 1785, Napoleón se convirtió en jefe de familia a pesar de no ser el hermano mayor. Córcega fue su principal centro de atención durante algunos años, hasta el punto de dejar de lado su carrera militar. Sólo cuando su familia abandonó la isla debido a sus inclinaciones profrancesas, Napoleón pudo enfocar sus ambiciones en Francia. Sus méritos le permitieron ascender en la coyuntura de la Revolución Francesa y a los 24 años fue nombrado general de brigada por los jacobinos. Sin embargo, sobrevivió a su caída y puso sus cañones al servicio de sus sucesores, el Directorio, para sofocar un levantamiento en octubre de 1795. Entre 1793 y 1815, Francia se enfrentó a todas las potencias europeas, tanto individualmente como coaligadas. Cuando en marzo de 1796 Napoleón fue puesto al frente del Ejército de Italia, ya no había marcha atrás. Tras insuflar nueva vida a su exhausta tropa consiguió una serie de grandes victorias, entre ellas, la derrota del ejército papal, que lo coronaron como héroe de Francia.

Poder Absoluto

"Soldados: desde lo alto de estas pirámides, más de cuarenta siglos os contemplan"

Napoleón no tenía suficiente con ser reconocido como un magnífico general. Su ambición sólo podía ser saciada con el poder político supremo, aunque sin las características del absolutismo monárquico que había imperado en Europa. En 1799, al ser reclamado para respaldar una conspiración contra el Directorio, alcanzó el liderazgo como primer cónsul. En 1804, fue proclamado emperador.
Napoleón fue un dirigente inteligente y un incansable trabajador que supervisó personalmente la creación de un sistema legal, administrativo y educativo para Francia. Sin embargo, también fue un hombre que se consideraba a sí mismo predestinado y que creía en su imagen pública, de salvador de Francia y heredero del Sacro Imperio Romano Germánico.

Genio Militar

Napoleón cruzando Los Alpes

Aunque Napoleón realmente deseaba la paz (en sus propios términos), pasó en el campo de batalla la mayor parte de sus años de gobierno. Demostró su genio militar una y otra vez, conduciendo a sus enormes ejércitos a gran velocidad al encuentro del enemigo con objeto de conseguir victorias decisivas mediante un empleo formidable de la fuerza. Este estilo de guerra requería que sus hombres asumieran muchas bajas, a pesar de lo cual Napoleón era adorado y su presencia en el campo de batalla enfervorizaba a los soldados. Sabía cómo usar títulos y condecoraciones (la Legión de Honor es creación suya) para recompensar y estimular el esfuerzo.

El Código Napoleónico

Copia del Código de Napoleón

El Código Civil redactado por orden de Napoleón entre 1800 y 1804 se considera su legado más importante, la influencia directa del emperador sobre el código favoreció la autoridad patriarcal y los "valores familiares". Napoleón insistió en que estipulara que "la mujer debe obediencia a su marido", los hombres menores de 25 años no podían casarse sin autorización paterna y, aunque se legalizó el divorcio, era difícil de obtener. La monumental obra legal confirmó a grandes rasgos los derechos y libertades instauradas con la Revolución y convirtió a Francia en el primer Estado dotado de una administración moderna. Estas reglamentaciones, precisamente, son las que rigen hoy en día en casi todos los países. Por su parte, el Código Civil napoleónico fue adoptado por la Argentina en 1871, así que nuestras leyes actuales provienen prácticamente de la época napoleónica.

La Caída

Napoleón, Abdicación en Fontainebleau

Pero Napoleón no era perfecto. Frecuentemente faltó a la verdad en los informes de batalla para su propio engrandecimiento. En 1812, cuando invadió Rusia, su capacidad de análisis de la situación lo condujo al error y es probable que su intento por abarcar demasiado haya precipitado su caída. En 1815 fue derrotado en Waterloo y encarcelado en Santa Elena, donde hasta su último momento se puso al servicio de su propia imagen, escribiendo sus memorias. Y aunque el emperador que se adueñó de Europa creó una leyenda, no logró crear la dinastía que tanto había deseado.

En su Lecho de Muerte, Coronado de Laureles

Durante su funeral sonó el Réquiem de Mozart:



Napoleón I° Bonaparte pasó a la Historia como el "salvador" de la Revolución y la espada de los valores republicanos, pero Thomas Jefferson se mostró menos amable con los logros del gran corso, al que trató en estos términos:
"[un] miserable que (...) provocó más dolor y sufrimiento en el mundo que cualquier otro ser que hubiera vivido anteriormente. Después de destruir las libertades de su patria, ha agotado todos sus recursos, físicos y morales, para regodearse en su maniática ambición, su espíritu tiránico y arrollador (...) ¿Qué sufrimientos pueden expiar (...) las desdichas que ya ha afligido a su propia generación,y a las venideras, a las cuales ya ha agobiado con las cadenas del despotismo (...) El Atila de nuestro tiempo (...) ha causado la muerte de cinco o diez millones de seres humanos, la devastación de otros países, la despoblación del mío, el agobiamiento de todos sus recursos, la destrucción de sus libertades (...) Ha hecho todo esto para hacer más ilustres las atrocidades perpetradas, para engalanarse a sí mismo y a su familia con diademas y cetros robados."
Como vemos hay opiniones a favor y en contra. Para unos, Rayo de la Guerra, para otros, Genio de la Paz. Lo cierto es que Napoleón I° ha pasado a la posteridad como el modelo salvador de la patria, capaz de instalar el orden donde antes reinaba el terror y la anarquía y es ejemplo de eficaz gobernante cuya obra fue imitada en todo el mundo.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Dos Años de Alegrías


La entretenida aventura de hacer mi propia bitácora hoy cumple dos años. Todo comenzó por el deseo de armar una especie de arcón de los recuerdos y tratar temas que me interesan con el plus de que cualquier persona pudiera acceder a ellos en cualquier lugar y momento.
Recuerdos infantiles, una poesía, una película que me conmovió... evocaciones del pasado, compartir pasajes históricos, artísticos y biográficos; ese es el espíritu con que nació este blog, pero en el camino han surgido enigmas inescrutables... ¿Quién será que me lee en Marruecos a las dos de la mañana?  ¿Quién rescata un tema desde Jacksonville?  ;)
Ah, son los admirables misterios de la portentosa internet!
Por todo lo compartido es que siento hoy es la ocasión ideal para agradecerles la compañía, la generosidad, el sentido del humor y el afecto que me brindan con cada nuevo tema que presento. Entonces, gracias.
Gracias por el aliento brindado en cada oportunidad.
Gracias por los gestos, obsequios y atenciones que permanentemente tienen conmigo.
Gracias porque sus palabras me transmiten nobleza, optimismo, entusiasmo y alegría. Lo festejo con música y torta porque, amigos, ustedes son la mejor parte del blog.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Eterno Encanto Francés


Siempre quise tener un frontis como éste y, de manera sorprendente, se me hizo realidad. Estoy impactada con las imágenes que me obsequió Chris87. Mágicamente, el gran artista captó mi deseo en el éter y lo plasmó en estos esplendorosos cisnes y rosas.
A pocos días de cumplir dos años blogueros continúo asombrada, desde que comencé con el blog los gestos de amabilidad no se han detenido ni pública ni privadamente. Gracias, los llevo a todos en mi corazón.
Chris incluso me envió dos imágenes más para que yo elija y son estas maravillas:



El autor de estas hermosas creaciones canaliza su sensibilidad a través de tres encantadores blogs:  Le Monde des Chats Maine CoonsAfrika Dreams y Sweet Melody.
Gracias Chris por tu generoso gesto, ahora mi espacio ya está completo: emana perfume francés.

Cher Chris, je suis très reconnaissante pour votre geste d'élégance charmante!

martes, 22 de noviembre de 2011

Declaración de la Independencia de Estados Unidos

Declaración de Independencia - Cuadro de John Trumbull

La guerra que estalló entre las colonias norteamericanas y Gran Bretaña en 1775 fue la consecuencia inevitable del clímax de enfrentamientos previos. Los colonos británicos en América empezaron a mostrarse intolerantes respecto a la metrópoli y al pago de nuevos impuestos. Francia cedió a Gran Bretaña todo su territorio norteamericano tras las guerras franco-indias, pero el precio fue elevado y Londres opinaba que las colonias debían pagar su parte. Hasta el siglo XVIII, las colonias estaban sujetas a la ley inglesa. Por eso, las nuevas medidas recaudatorias promulgadas a partir de 1763 irritaron a los colonos. La Stamp Act (Ley del Timbre), un impuesto directo sobre el papel timbrado, provocó disturbios. En 1773, un grupo de colonos disfrazados de indios arrojó al mar un cargamento de té de la Compañía de las Indias Orientales, fuertemente gravado con impuestos, en el puerto de Boston. El lema fue "ningún impuesto sin representación". La respuesta británica fue inmediata. En 1774 se aprobó una serie de represalias que los norteamericanos apodaron "Leyes Intolerables". Lejos de restaurar el orden, unieron a las colonias en su protesta. Aparecieron líderes radicales, que consideraban ilegales las acciones del gobierno británico y pedían pasar a la acción. Así las cosas, el 19 de abril de 1775, el general Thomas Gage, comandante de las fuerzas británicas en América del Norte, envió tropas para requisar un depósito de armas en Concord, en las afueras de Boston. En Lexington (Kentucky), los británicos dieron con un grupo de milicianos norteamericanos. No está claro quién disparó el primer tiro, que sería conocido como "el disparo que se oyó en todo el mundo". Los soldados británicos se abrieron paso hasta llegar a Boston, donde fueron asediados por las milicias y tuvieron que esperar refuerzos. Gage, que llegó el 26 de mayo, decidió capturar las colinas que dominaban la ciudad. La resultante batalla de Bunker Hill, en junio de 1775, fue un desastre. Aunque capturó las posiciones enemigas, tuvo muchas bajas y había fracasado en quebrar el sitio de Boston.
Finalmente, el 15 de junio de 1775, George Washington asumió el mando del nuevo Ejército Continental y, de forma inmediata, comenzó a transformar las milicias en unidades de combate más profesionales. Aunque Washington fracasó en 1775 al invadir Canadá y sufrió un grave revés cuando en 1776 Nueva York fue tomada por los británicos, las noticias de la revuelta empezaban a extenderse y la causa independentista cobraba cada vez más fuerza.
Los norteamericanos proclamaron la ruptura definitiva con Gran Bretaña el 4 de julio de 1776, cuando se acordó la Declaración de Independencia. El texto estipulaba que "la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad" son "derechos inalienables de todos los hombres" y cuando cualquier forma de gobierno trata de destruir estos fines "corresponde al derecho imprescriptible de la sociedad alterarla o abolirla y establecer otra nueva". La Declaración de Independencia, en gran medida obra de Thomas Jefferson, fue un acontecimiento trascendental y hacía imposible una resolución pacífica del conflicto con los británicos. Washington había ganado importantes batallas en la actual Nueva Jersey con las que apuntaló su reputación.

George Washington. 1° Presidente de EE. UU.

El 2 de marzo de 1776, con un ejército formado por más de 17.000 hombres y una gran concentración de artillería, empezó a bombardear a las tropas británicas sitiadas en Boston que, derrotadas, partieron hacia Halifax (Nueva Escocia). Aunque los británicos consiguieron tomar la ciudad de Nueva York, la victoria estadounidense de Saratoga, en octubre de 1777, empujó a Francia a entrar en la guerra. El 6 de febrero de 1778 estadounidenses y franceses firmaron una alianza que resultó decisiva: a partir de entonces EE.UU. ya no luchaba solo.
Toda esperanza de victoria para los británicos se esfumó el 19 de octubre de 1781, cuando lord Cornwallis rindió Yorktown (Virginia) tras 18 días de asedio. El primer ministro británico de entonces, lord Frederick North, se derrumbó y sollozó cuando conoció la noticia. Tras la retirada británica, aunque se permitió permanecer a los leales al rey, un 2% de la población optó por emigrar a Canadá y el Caribe. La Corona británica reconoció la independencia de sus colonias a cambio de un acuerdo comercial que favorecía a ambas partes. El Tratado de París de 1783 estableció la frontera occidental de EE.UU. en el río Mississippi y le cedió el control del Viejo Noroeste (un territorio delimitado por los ríos Ohio y Mississippi y los Grandes Lagos).
A pesar de que la discrepancia con respecto a la esclavitud amenazaba con dividir a la nación, EE.UU. tenía grandes aspiraciones políticas que fueron plasmadas en los Artículos de la Confederación de 1781 y, posteriormente, el 21 de junio de 1788, en la Constitución. En 1789 George Washington fue elegido presidente. El gobierno federal se reservó el manejo de los asuntos en materia diplomática, comercial y militar. El Congreso adoptó la forma bicameral: el Senado y la Cámara de Representantes. Además, se creó la Corte Suprema para interpretar la ley y salvaguardar la Constitución, que estipulaba que todos los hombres nacían iguales y tenían igual voz en el gobierno.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Édouard Manet, Dandy y Cronista de su Época

Édouard Manet

Fue un pintor francés que vivió entre 1832 y 1883 y está considerado como uno de los precursores del arte moderno. Maestro del retrato, se inspiró en Velázquez y Goya de quienes tomó temas y composiciones pero Manet rompió con los viejos cánones, tanto por la temática naturalista de sus obras como por el tratamiento de la luz y de la materia. Su pintura es luminosa, sensual y de vanguardia pero a la vez tiene voz, carácter y dolor. Abordó temas de la vida moderna y fue una figura fundamental en la transición del realismo al impresionismo.
En 1863 expuso en el Salón de los Rechazados la obra Desayuno sobre la Hierba y, en 1865, Olympia; los dos cuadros suscitaron un gran escándalo entre público y crítica.

Le Déjeuner sur l'Herbe


Olympia

Manet fue el más subversivo pero bellísimo de los pintores y supo resumir a la París del siglo XIX. Figuraban en su círculo Baudelaire, Zola, Champfleury y Monet, todos los cuales reconocieron en su genio cínico el puente crucial entre el pasado y el futuro del arte francés.

En la Estación de Tren

Music aux Tuileries

El Café Concert

Además fue un pintor fantástico de paisajes marinos, muelles, paisajes, escenas cotidianas y plasmó excelentes retratos.

Argenteuil

Un Bar aux Folies-Bergère

En Bote

Obtuvo un gran éxito con El Buen Bock y también pintó cuadros religiosos de gran gravedad como Cristo Escarnecido donde se ve a Jesús como un hombre pequeño, pálido y vulnerable; es que este pintor mágico pintaba personas reales.

El Buen Bock

Cristo Escarnecido

La ejecución del Emperador Maximiliano hace pensar en una imagen tomada en directo por un fotógrafo de guerra donde se ve al hombre ensombrecido para siempre por la nube de humo del disparo del rifle.

La Ejecución del Emperador Maximiliano

Controversial, Manet pintó su ciudad y la vida moderna y las representó tal como eran y precisamente esa fue la razón principal por la que su obra provocó rechazo.
Para captar la realidad y la fugacidad empleó una pincelada rápida, directa y empastada, rasgo característico del Impresionismo.

Carrera de Caballos en Longchamp

Los retratos adorables y divertidos que hizo de Berthe Morisot lo muestra en uno de los mejores momentos de su carrera y ponen de manifiesto la influencia de la cámara recientemente inventada. Son como instantáneas. Manet se adelantó al gran avance técnico del siglo XX, por eso sus pinturas parecen estar tan frescas como siempre.

Retrato de Berthe Morisot

El Reposo de Berthe Morisot

Le Déjeuner dans l'Atelier

La Lectura

Quedó impresionado con las costumbres, el folclore y el mundo de toreros de su estadía en España.

Ballet Spagnol

Torero Muerto

Hacia el final de su vida pintó desnudos y el color adquirió mayor libertad, brillantez y luminosidad, sin sombras.

Joven Rubia con el Pecho Desnudo

Alcohol de Ciruela

Chez le Père Lathuille

Manet era un dandy de clase alta que pintaba como un ángel, tenía un sentido del humor mordaz y supo conjurar los misterios de la vida moderna. Lamentablemente, sucumbió a la sífilis, el reumatismo y la gangrena a los 51 años.
Para algunos, fue un genio, para otros un pintor "defectuoso", lo cierto es que fue un brillante cronista de su época y nos dejó un mensaje, el cual dice que el mundo moderno es extraño y movedizo.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Miguel Hernández, "Me sobra Corazón"

Miguel Hernández

Menos tu vientre
 todo es confuso. 
Menos tu vientre
 todo es futuro fugaz,
 pasado, baldío y turbio.

 Menos tu vientre
 todo es oculto,
 menos tu vientre
 todo inseguro,
 todo postrero,
 polvo sin mundo.

 Menos tu vientre
 todo es oscuro,
 menos tu vientre
 claro y profundo. 

El Poeta de la Guerra Civil Española que nos suele estremecer con sus versos nació en Orihuela en 1910 en el seno de una familia humilde y tuvo que abandonar la escuela para ponerse a trabajar. Fue por orden de su padre que en 1925 dejó los estudios para dedicarse al pastoreo, aunque poco tiempo tiempo después pudo comenzar a cursar estudios de Derecho y Literatura.
Mientras cuidaba el rebaño, Miguel leía con avidez y escribía sus primeros poemas. Cualquier papel que caía en sus manos los convertía en poesía y era gran admirador del Siglo de Oro español.
Tomó parte muy activa en la guerra civil, peleó todo lo que pudo en el Quinto Regimiento, estuvo en el frente en Teruel, Andalucía, Madrid y Extremadura.  Defendió la República española en las trincheras contra las tropas franquistas y era convocado de todos los frentes para que les regalara la belleza de su esencial poesía.
Vino la derrota y un decreto mandó quemar toda la obra del poeta pero algunas manos lograron rescatar dos copias de cada libro y se pudo publicar su obra en Buenos Aires y muchos años después en España.
Al terminar la guerra Hernández intentó salir del país, pero fue detenido acusado de adhesión a la rebelión. Condenado a pena de muerte, se le conmutó el castigo por el de treinta años de prisión gracias a la mediación de sus amigos: el poeta chileno Pablo Neruda y José María de Cossío. Pero el autor de poemas como "Nanas de la Cebolla", "Elegía a Ramón Sijé" o el libro "El Rayo que no Cesa" no los cumplió: murió de tuberculosis a los 31 años en la prisión de Alicante. Por fortuna, su extraordinaria obra que llega al alma, lo continúa y es faro de nuevas generaciones.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Colonización de América del Norte

"Primer Día de Gracias"

En 1493, mientras ingleses y franceses navegaban en carácter exploratorio las costas de América del Norte buscando una ruta hacia Oriente, el papa Alejandro VI dictó la bula Inter caetera, mediante la cual acordó a España y Portugal el derecho a repartirse el nuevo continente. Con los tratados de Tordesillas y Zaragoza, esos dos países delimitaron sus respectivas áreas de influencia. Así, en América del Norte, los españoles conquistaron México, exploraron la Florida y llegaron hasta las praderas de Oklahoma y Kansas, pero ni ingleses ni franceses aceptaron esos acuerdos.
Los franceses ocuparon el valle de San Lorenzo, en lo que sería Canadá, y los ingleses, las costas de Virginia, en lo que se convertiría en Estados Unidos.
Jacques Cartier, el "Colón de Canadá", estableció en 1535, al fondo de la bahía de Gaspé, el primer asentamiento europeo en nombre del rey de Francia. El levantamiento de una cruz originó las primeras protestas de iroqueses.
Más tarde Samuel Champlain tomó posesión, en nombre de una firma privada francesa -la Compañía de Canadá y Acadia-, de los territorios de Acadia, Terranova y Nueva Francia y fundaba Port Royal y Quebec.
La inmigración aumentó de la mano de Colbert, ministro de Hacienda de Luis XIV.
Si en 1663, la población canadiense ascendía 2.000 personas, para fines del siglo había aumentado a 12.000. El crecimiento demográfico permitió reemprender las exploraciones. Tomaron posesión del enorme territorio, que abarcaba desde Los Grandes Lagos hasta el Golfo de México y al que llamaron Luisiana en honor del Rey Sol.
El primer inglés que se instaló en América del Norte fue el pirata, político y escritor Walter Raleigh. Desembarcó en la isla Roanoke, actual Carolina del Norte. Allí fundó, en 1584, la "plantación" -un sistema de colonización, experimentado ya en Irlanda, que imponía a los nativos las leyes y costumbres inglesas, y transfería sus tierras a los colonos- de Virginia, bautizada así en honor de Isabel I, la reina "virgen". Aunque fracasó, llevó a Inglaterra papas y tabaco. Los indígenas le enseñaron a fumar en pipa.
Christopher Newport arribó luego en 1607 con cien colonos y fundó Jamestown, el primer asentamiento inglés permanente en el Nuevo Mundo. A pesar de la hostilidad de las tribus powhatan la colonia logró mantenerse y crecer gracias al cultivo del tabaco.
A partir de 1620, los puritanos, que huían de la persecución religiosa en Inglaterra -los "padres peregrinos" del MayFlower-, se asentaron en Plymouth (Nueva Inglaterra) e inauguraron la llegada de otros disidentes a New Hampshire y Massachussets.
Los católicos fundaron Maryland y otros grupos no anglicanos Connecticut, Rhode Island, Carolina y Pensilvania.
Las colonias hispanas al norte del Río Bravo eran escasas y su estilo de explotación y dominio sólo pudo implantarse en contados casos en América del Norte. De hecho, la fundación de la ciudad de Santa Fe, en 1609, marcó el punto final de la penetración y colonización española en los territorios de Norteamérica porque, cuando a principios del siglo XVII, se fundaron las primeras colonias francesas, inglesas, holandesas y suecas, la estrella de España en Europa caminaba ya hacia su ocaso entonces el control allí fue escaso. Disminuyeron las exploraciones y se contentaron con las regiones densamente pobladas de América Central y del Sur pero en el sudoeste de Estados Unidos subsisten hasta la actualidad numerosas instituciones y costumbres españolas.
El modelo colonial desarrollado en Norteamérica estuvo determinado por el hecho de que los emigrantes europeos hallaron un extenso país, apto para la agricultura, la pesca y la caza y escasamente poblado por indígenas. Por eso pudieron abrirse paso con relativa facilidad, además los cuáqueros implementaron la tolerancia religiosa y mantuvieron buenas relaciones con los nativos.
Aunque inicialmente tuvieron un origen local, los enfrentamientos entre franceses e ingleses en el Nuevo Mundo pronto se convirtieron en una mera prolongación de los conflictos desatados por los intereses de sus soberanos en el Viejo Continente.
Desde su instalación los franceses dominaron el tráfico de pieles de la zona de Los Grandes Lagos. Sin embargo, ese monopolio sufrió un duro golpe cuando la inglesa Compañía de la Bahía de Hudson se instaló en ese golfo en 1670. La rivalidad derivó en conflicto abierto cuando en 1686 una expedición francesa saqueó los fuertes ingleses de la bahía.
Las alianzas de cada grupo con las tribus indias -los hurones apoyaron a Francia y los iroqueses a Inglaterra- ampliaron el conflicto que, atizado por las guerras en Europa, se prolongó a lo largo del siglo XVIII. Por otra parte, en 1675-1676, los nativos americanos sufrieron la primera pérdida importante de territorio cuando los ingleses aniquilaron la resistencia de los indígenas de Nueva Inglaterra.
Holandeses, suecos y alemanes también pugnaron por la colonización de América del Norte. Por ejemplo, fundaron Nueva Amsterdam en la isla de Manhattan cuyo nombre en la segunda guerra naval angloholandesa y habiendo ganado los ingleses fue cambiado a Nueva York.
Después de la independencia estadounidense, en 1776, se inició la expansión hacia el oeste, hasta entonces poblado por aborígenes. En 1818 se acordó con Gran Bretaña situar la frontera con Canadá. Como consecuencia de este proceso de colonización y de las guerras con México y España, además de las compras de territorios a otras naciones, se incorporaron a Estados Unidos Luisiana, Florida, California, Texas y otros Estados.
Las tierras del Oeste parecían no tener fin. Durante el siglo siguiente, la frontera se desplazó a través del continente hasta que los dominios estadounidenses se extendieron de un océaño a otro.
Los conflictos con los indígenas se resolvieron mediante la Ley de Traslado de Indios que otorgaba al presidente de EE.UU. poder para enviar a las tribus al "Territorio Indio" (hoy Oklahoma). Los cherokees fueron los primeros en ser expulsados de Georgia a raíz del descubrimiento de oro. En este pasaje conocido como "Ruta de las Lágrimas" murieron 4.000 personas debido a las enfermedades contraídas en campos de deportación. Mientras, en 1848, miles de buscadores de oro, aventureros y familias enteras llegaban a California por tierra y mar. Tres años después la apertura de la Ruta de Oregon, la Ley de Residencia, la finalización de una línea férrea transcontinental en 1869 y de otras tres en 1883 resultaron decisivas. El ferrocarril traía nuevos colonos, los campesinos podían transportar sus granos y sus reses y eliminados los indios sioux en Wounded Knee, el 29 de noviembre de 1890, por fin, Estados Unidos superó todos los obstáculos para su ocupación de América del Norte.