sábado, 16 de noviembre de 2013

Ser Hippie, Sueños de Paz y Amor en el Mundo

El movimiento hippie pretendía crear una sociedad nueva

Si hubiera que marcar una fecha para indicar el surgimiento del electrizante movimiento hippie, la más aproximada sería enero de 1966, momento en que comenzaron a ser conocidos, criticados, seguidos y perseguidos. Pero, el 6 de septiembre de 1965 la palabra hippie fue empleada por primera vez por el periodista Michael Fellon, en una nota publicada en un diario de la ciudad de San Francisco. El término se aplicó a los jóvenes que intentaban romper las viejas estructuras sociales y vivir de acuerdo a nuevos principios. La palabra deriva del término inglés hip que a su vez dio origen a hipster con el que se denominaba a los bohemios.
Pero, ¿qué eran los hippies? Las ideas que los unían se pueden resumir así: reacción contra la sociedad industrial, contra la masificación y el consumo, liberación de las relaciones sexuales y defensa de la paz y la fraternidad como máximos valores de los seres humanos. Su ideario sintetizó principios del budismo, las religiones aborígenes americanas y el anarquismo. Entre ellos se extendió el consumo de drogas, proclamado como un medio para ensanchar los límites de la mente y llegar al conocimiento de sí mismo. El movimiento nació en los Estados Unidos y años más tarde se extendió por buena parte de planeta.
Para algunos historiadores, el antecedente fueron los beatniks, grupo de jóvenes que aproximadamente diez años antes habían propuesto la rebelión contra la cultura impuesta y fueron vilipendiados por los medios de comunicación como sucios, vagos e inmorales. Igual que los beatniks, los hippies se hicieron visibles ante el mundo por su aspecto y ostentaron su deseo de ser distintos.

Antibelicistas, los hippies impulsaron la revolución de las flores

Vestían ropas de colores, muchas veces artesanales y fabricadas por los propios usuarios, que mezclaban estilos de la India, África y de indígenas americanos. Tanto hombres como mujeres usaban el pelo largo, con frecuencia adornado con flores. Muchos eligieron vivir en comunidades rurales donde se dedicaban a la agricultura y la artesanía. La música, especialmente el rock, fue su principal forma de expresión. La ideología "del amor y de las flores" apuntó hacia la hipocresía de valores, doctrinas y costumbres sostenidos por la sociedad y supuso que el odio podía superarse a través de la búsqueda de la belleza y la libertad. El pacifismo fue uno de sus máximos principios y se opusieron frontalmente a la guerra de Vietnam. Además, advirtieron que los Estados Unidos estaban perdiendo esa guerra y el gobierno les respondió con desprecio, pero poco después debió enfrentar la realidad.
Los hippies tuvieron su propio periódico: The Oracle, que se publicó en San Francisco entre 1966 y 1968; una especie de agencia de bienestar social: Diggers, sus propios comercios, sus salones de baile y hasta un lenguaje especial. En Argentina, la meca y el paraíso de los hippies era asentarse en El Bolsón, comarca de ensueño en la Patagonia cuya magia vibra en el aire y las estrellas. Pero hacia 1968 el movimiento comenzó a mostrar sus debilidades y la utopía empezó a desvanecerse, pero más que por las persecuciones de la policía y de los grupos de extrema derecha, los hippies fueron desapareciendo convertidos en otro objeto de consumo, deglutidos por el mismo sistema que rechazaban. Sin embargo, sus cuestionamientos no fueron en vano, los hippies dejaron hondas huellas en la historia y lograron cambiar tradiciones hasta entonces inamovibles.

lunes, 11 de noviembre de 2013

San Martín de Tours, Patrono de la Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Aires

El Patrono de la Ciudad, un Guerrero Francés

Cuando en 1580 don Juan de Garay ordenó un "sorteo de nombres de santos" para designar al Patrono de lo que es hoy nuestra Ciudad, no atinaba a entender el empeño de San Martín de Tours por resultar ganador, al punto que salió su nombre por tres veces consecutivas en primer lugar de entre muchos otros de bíblicos pastores, acallando así las voces de los que lo rechazaban. "Es un mandato de Dios" -dijo Garay. Un santo tan voluntarioso bien merecía ser reconocido como triunfador del sorteo. Pero, ¿quién es ese "santo francés" empecinado en convertirse en protector de esta colonia?  -Repasemos brevemente su bonita historia. 
Martín nació en Panonia, actual Hungría, en 316. Era hijo de un tribuno romano, veterano de los ejércitos del imperio. Por eso eso es que cuando sus padres se radicaron en Italia, a los 15 años fue incorporado a la fuerza militar. Para entonces ya se había educado en Pavía. Pero su mayor fama no tiene que ver con ningún sangriento combate, sino con un hecho que lo marcaría para siempre. Fue un día en que las fuerzas de la guardia imperial que integraba llegaron a Amiens, en la zona de las Galias. Era el invierno de 337. Martín, montado en su caballo, llevaba sobre sus hombros una buena capa de piel que lo protegía del frío. En ese momento, se le acercó un mendigo con poca ropa y tiritando a pedirle ayuda. El gesto de Martín fue contundente: sacó su espada, cortó la capa a la mitad y le entregó una parte a aquel hombre. La historia dice que esa noche, en sueños, vió a Jesús en vuelto en su manto y le agradeció su acto de amor.
Después de esa acción, Martín dejó el ejército, se sumó al catolicismo y llegó a ser obispo de la ciudad de Tours, predicando y fundando conventos en Francia. El santo fue ejemplo de fe, paciencia y amor al pueblo; murió en Candes en 397 y fue el primer santo no mártir con fiesta litúrgica. Se lo evoca cada 11 de noviembre, fecha en la que en España se solía faenar algún cerdo en cada chacra y lo que originó la frase de que "a cada chancho le llega su San Martín".

viernes, 8 de noviembre de 2013

Almirante Guillermo Brown, Padre de la Armada Argentina

Guillermo Brown, genio estratégico y entusiasta de la libertad

El 10 de junio de 1826 una poderosa fuerza brasileña se presentó ante Buenos Aires. El capitán, dueño de ese coraje contagioso que se agranda ante la dificultad, se dirige a sus tripulantes y los arenga con estas palabras: "Marinos y soldados de la República: ¿Véis esa gran montaña flotante? ¡Son los 31 buques enemigos! Pero no creáis que vuestro general abriga el menor recelo, pues no duda de vuestro valor y espera que imitaréis a la "25 de Mayo" que será echada a pique antes que rendida. Camaradas: confianza en la victoria, disciplina y tres vivas a la Patria!", momentos después de la nave capitana sale disparada la inolvidable consigna inmortal: "¡Fuego rasante, que el pueblo nos contempla!" esta épica arenga histórica pertenece al Almirante Guillermo Brown, ilustre marino argentino nacido en Irlanda en 1777 y a quien la Patria rinde honores.
Su historia en estas tierras comenzó un día de octubre de 1811, cuando llegó al Río de la Plata como capitán del bergantín Eliza. El barco naufragó, pero pudo salvar la carga y con el dinero de su venta y algunos contratos viajó a Chile. Adquirió la goleta Industria para continuar con su profesión de naviero y llegó a operar un grupo de embarcaciones de su propiedad. Al regresar decidió instalarse en Buenos Aires y sumarse a la causa de la Revolución que se hallaba en peligro; compró un terreno en la zona de Barracas, construyó su hogar y agrandó su numerosa familia.
Brown poseía una formación profesional muy sólida y logró terminar con la supremacía naval realista en el Plata. Aunque nació en el condado de May, su corazón irlandés fue libre bajo la Cruz del Sur, y vengó en mares meridionales la libertad conculcada a su isla esmeralda. Después de la victoria obtenida en la isla Martín García, Guillermo Brown puso rumbo a Montevideo. La flota rioplatense obtuvo una victoria decisiva sobre los españoles en El Buceo. Aunque herido en una pierna, Brown se impuso sobre el enemigo. En adelante los realistas no podrían contar con Montevideo como base de operaciones navales; el 24 de junio de 1814, el bastión realista capituló. Por este éxito recibió el ascenso a Coronel, condecoraciones y la propiedad de la fragata Hércules. En 1815 comandó una fuerza corsaria de cuatro naves que operó en el Pacífico con el objetivo de distraer esfuerzos de los realistas, cortar las comunicaciones y apoyar los planes de San Martín.
Brown pone proa al Pacífico, captura varias presas importantes como las fragatas Gobernadora y Consecuencia, cañonea la fortaleza de El Callao y lleva el pabellón nacional hasta las costas de Nueva Granada. Por la herida recibida -que lo deja cojo para toda la vida- debe regresar a Buenos Aires, donde es nombrado Comandante General de Marina y se retira a su quinta de Barracas, hasta que una nueva amenaza desafía a las Provincias Unidas.
Corría el año 1826, momento en que comenzó la guerra contra el Imperio del Brasil y se le encargó la organización de la Escuadra Republicana. Inició la guerra de corso, que consistía en golpes sorpresivos con naves pequeñas. Los combates se libraron en un extenso espacio que iba desde Carmen de Patagones hasta el límite con Brasil y en el trance de los violentos enfrentamientos a puro fuego y cañonazos es herido pero aún de ese modo continúa desbordando heroísmo. En camilla da las órdenes y obtiene los importantes triunfos de Combate de Los Pozos y Juncal. Pero su hija, Elisa Brown, al enterarse de la muerte en combate de su novio Francis Drummond toma una drástica decisión. Con tan sólo 17 años de edad se suicida el 27 de diciembre de 1827, justo el día que habían señalado para casarse con su prometido...
En 1828 Brown es nombrado Gobernador Delegado de Buenos Aires en reemplazo del destituido Dorrego. Más tarde, siendo Rosas Gobernador de Buenos Aires, participó del sitio de Montevideo, fue apresado en un buque de guerra inglés y éste fue el último episodio de su carrera naval. Brown se retiró a la vida privada, no quiso tomar parte en la guerra civil que durante más de veinte años librarían unitarios y federales.
Esa era su intención inicial, pero el bloqueo al que fue sometido Buenos Aires por parte de las fuerzas inglesas y francesas a partir de 1838 forzó al viejo Almirante a volver al servicio activo. En el Río de la Plata, que había sido escenario de combates en las guerras de la Independencia y contra el Imperio del Brasil, realizó otra vez jornadas de epopeya: bloquearía a Montevideo burlando la flota inglesa, y durante la Campaña Naval de 1841 (Guerra Grande) causaría derrota tras derrota a las naves del Uruguay que presidía Fructuoso Rivera, que había abierto hostilidades contra el Gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas. El 15 de agosto de 1842 el Almirante Brown en aguas del río Paraná en Costa Brava, derrota a una fuerza naval riverista, compuesta por lanchones que era comandada nada menos que por el corsario italiano Giuseppe Garibaldi, que estaba exiliado en Montevideo.
Y en 1845, las dos potencias más poderosas del mundo mandan sus flotas para atropellar la voluntad de la Confederación Argentina de determinarse a sí misma. Como siempre, Brown enfrentó a los enemigos de su patria adoptiva sin ningún reparo, aunque su escuadra fue apresada. Pero otro Brown -su hijo Eduardo- combatió en Obligado al mando de una batería.
En una época de cartas náuticas poco confiables, Brown llegó a conocer como nadie los bancos y fondos cambiantes del lecho de los ríos, esa fue una de las claves de sus logros navales: el uso eficaz de sus conocimientos.
Nuestro máximo héroe naval fallece el 3 de marzo de 1857, recibiendo los sacramentos del padre Anthony Dominic Fahey y sus últimas palabras fueron: "Con el principal a bordo, ya puedo cambiar de puerto".
Como detalle de color incluyo un video del mítico grupo The Wolfetones. En sus letras combinan el costumbrismo irlandés con el compromiso político a favor de la anexión de Irlanda del Norte a la República de Irlanda, y el retiro definitivo de los británicos de la isla. Hace unos años compusieron este tema sobre el Almirante Brown. En la canción tributan un sentido homenaje al patriota y también hacen mención a las invasiones inglesas de 1806, 1807 y 1833, año este último en que usurpan a nuestras queridas Islas Malvinas.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Isla Martín García. Historia, Encanto y Misterio a la Vera del Río

Martín García, una verde esmeralda engarzada en el Mar Dulce

Al fin tomamos la decisión. El fin de semana largo pasado fue el momento ideal para conocer a la isla Martín García y ella nos recibió esplendorosamente verde y brillante. Hacía bastante tiempo que quería visitarla, siempre he oído hablar sobre su historia, sus frondosos bosques, las interminables luchas por su estratégico territorio, sus leyendas y millares de estrellas y por fin pude comprobar que realmente es mágica y misteriosa.

Vista aérea de Martín García

La isla bonita está situada en el Río de la Plata a tres horas de navegación de Buenos Aires y a quince minutos en avioneta; mide 2 kilómetros cuadrados, fue avistada por primera vez en 1516 durante la expedición de Juan Díaz de Solís y debe su nombre al despensero que integraba la expedición. García falleció a bordo y fue enterrado en este lugar. Pero su descubrimiento no fue un suceso feliz para los navegantes. Cuando bajaron a tierra -un total de 9 marineros (Solís incluido)- los indios charrúas o guaraníes los mataron y se los comieron. A partir de ese momento la isla fue disputada permanentemente por España y Portugal debido a su estratégica posición en medio del cauce principal del río y como puerta de entrada a sus principales tributarios: los ríos Paraná y Uruguay.

Mapa de la Isla

El 24 de abril de 1765 se instaló en la isla la Prisión Naval Militar para dar albergue allí a siete desertores del batallón Buenos Aires. Con el tiempo el número de reclusos aumentó y se los utilizó para realizar una serie de trabajos de construcción en la isla y también para que extrajeran piedras de las canteras, tenían por destino el empedrado de las calles de Buenos Aires.

Entrada de la antigua prisión

En 1814, el Padre de la Armada Argentina, Almirante Guillermo Brown, al mando de una flota desembarcó en la isla y derrotó a los realistas quedando Martín García en manos de las Provincias Unidas del Río de la Plata, también fue escenario de otros combates durante el proceso de la independencia argentina y la llamada Guerra del Brasil; además fue atacada por fuerzas anglo francesas y posteriormente ocupada por fuerzas de Montevideo aliadas a los unitarios exiliados.
En 1843 fue recuperada por las tropas federales de Rosas pero en 1845 Giuseppe Garibaldi la reconquistó para Montevideo. Finalmente, en 1852 fue devuelta a la Confederación Argentina.

Antiguo cañón usado durante la Guerra de la Triple Alianza

Para 1900 en la isla de los confinados existía ya un lazareto -donde se quedaban en cuarentena los primitivos emigrantes que pretendían ingresar al continente hasta que demostrasen que no traían la temible fiebre amarilla-. La casa de los médicos se conserva desde finales del siglo XIX. Uno de los directores de este lazareto fue el doctor Luis Agote, quien en 1914 comprobó que la sangre humana podía conservarse para fines de transfusión.
Veo que quedan importantes baterías de artillería; durante la primera parte del siglo XX la isla se hizo muy famosa por ser utilizada en varias oportunidades para recluir prisioneros políticos -por eso también es conocida como la Isla del Destierro o la Santa Elena del Plata-. Cuatro hombres que ejercieron la presidencia de la República tuvieron como destino este sitio para su detención: Hipólito Irigoyen, Marcelo T. de Alvear, Juan Domingo Perón y Arturo Frondizi, aunque no fueron alojados en el penal sino en viviendas del lugar.

Sede de la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP)

Del Tratado del Río de la Plata, entre la República Oriental del Uruguay y la República Argentina, a mediados de 1973, surge que, a cambio del reconocimiento de la soberanía argentina sobre esta isla, Argentina debió hacer concesiones territoriales en el Río de la Plata y tuvo que ceder la isla Juncal a Uruguay. La solución adoptada, si bien no conformó a ninguna de las partes, permitió llegar a una fórmula aceptable para ambas naciones. Desde entonces, el artículo 45 del Tratado señala que la isla será destinada exclusivamente a reserva natural para la conservación y preservación de la fauna y flora autóctonas bajo jurisdicción de la República Argentina.

Capillita muy antigua, hermosa, silenciosa y solitaria

Domingo F. Sarmiento la arboló, todavía se ven sus grandes eucaliptus, y acaso debido a su ubicación estratégica en el Río de la Plata, tuvo una fantasía que pocos conocen. Sarmiento tuvo la utopía -en 1850- de proponer a Martín García como capital de una federación de tres países del cono sur: Argentina, Uruguay y Paraguay. Se llamaría "Argirópolis" que significa Ciudad del Plata y la federación se llamaría "Los Estados Unidos del Río de la Plata".

Naturaleza en estado puro, sólo se oye el canto de los pájaros

Paseamos mucho, ya caía la tarde pero antes de retirarnos a descansar fuimos rumbo al cementerio, allí reside un enigma que intentamos develar, se trata del misterio de las cruces. En este camposanto todas las cruces están torcidas... ¡qué extraño..! no hay documentos ni indicios, aunque sí existen varias hipótesis que intentan explicar esta particularidad, aunque ninguna convence del todo.

El misterio de las cruces inclinadas

Algunos optan por creer que allí están enterrados miembros de una secta masónica, otros creen que las extrañas cruces marcan el lugar donde fueron enterradas víctimas de la fiebre amarilla... el secreto continúa intacto, nos retiramos del lugar sin descubrir la incógnita.

Tumbas antiguas, muertos anónimos...

Llegó el último día del paseo. Nos levantamos temprano, un viento frío llegaba desde Buenos Aires. El fin de semana se termina y se hace difícil dejar atrás tanta tranquilidad, por eso vamos a dar un último paseo. Esta vez, el guía nos cuenta pasajes y anécdotas fantasmagóricas que tuvieron lugar intramuros de las misteriosas casonas, estas mismas que hoy, muy silenciosas, reciben al contingente. En una de ellas se alojó el poeta Rubén Darío quien encantado por el ambiente le inspiró escribir su poema épico, "Marcha Triunfal".

Tranquilidad y paz entre senderos y bosques y en medio de la nada

El Parque de los Héroes Comunes, la Plaza Guillermo Brown, el Museo Histórico, las Baterías 25 de Mayo; el Faro instalado en 1881 durante la presidencia de Julio Argentino Roca que alertaba a los navegantes sobre la presencia de la isla y los guiaba entre los canales, arrecifes y otros escollos; el antiguo laboratorio donde trabajó Ángel Mazza, médico que descubrió la vacuna contra el mal de Chagas; el llamado Barrio Chino que en sus orígenes fue un modesto caserío, frecuentado por marineros que buscaban prostitutas, a las que llamaban "chinas", un término utilizado desde la Colonia para designar a las mujeres mestizas, también con significado cariñoso. Muchos son los sitios y los nombres históricos que resuenan en este oasis de tranquilidad hoy poblado por flores, jacarandáes, álamos y paraísos, pero que ayer sus calles vivieron infinidad de acontecimientos trascendentes.

Cine, teatro y centro cívico de la isla

Cae el telón, cuesta tener que irnos de este lugar que parece un gran jardín, pero todavía me resta pasar por una imperdible atracción: su única panadería, que fue construida en 1913 y cuyo pan dulce se ha hecho célebre. Con su elaboración, el dueño del local buscó un producto identificatorio y su fama de exquisitez se extendió más allá de la isla.

La famosa panadería de los exquisitos panes dulces

Fin final, llegó la hora de decir adiós al espléndido reducto de Ciencia, Naturaleza e Historia. Sobre el río un atardecer cinematográfico nos despide de esta isla de 184 hectáreas, y de poco más de 200 amables martinenses que día a día "hacen patria" en la isla reserva.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Todo OK!


Hay ciertas expresiones y gestos que se han vuelto muy frecuentes, una de ellas es OK, me intriga su origen, por eso me puse a "investigar" sobre su procedencia y observé que hay varias teorías. Algunas son reflejadas por Héctor Zimmerman en su bellísimo libro Tres mil historias de frases y palabras que decimos a cada rato, según la cual el octavo presidente de los Estados Unidos, Martin van Buren (1782-1862) aludía frecuentemente a su pueblo natal Kinderhook por lo cual comenzaron a llamarlo el viejo Kinderhook (Old Kinderhood) y resumieron el mote en la sigla OK transformándola en slogan de campaña planteando que con Van Buren todo iría bien.
También señala Zimmerman que OK podría provenir de una deformación del alemán "alles korrect" (todo en orden) o que provenga de una deformación del nombre del jefe indio Kekouk (1788-1848) mal pronunciado como keokuc y okey. La predisposición al diálogo del jefe se habría convertido en una tranquilizadora contraseña para los blancos: Okey.
Otras versiones señalan que el origen de la expresión proviene de los Estados Unidos, pero de la época de la Guerra de Secesión entre el norte industrialista y el sur esclavista. Cuando las tropas regresaban sanas y salvas colgaban un cartel que decía: 0 Killed, que pasó a leerse como OK, todo bien.
¿Ustedes lo sabían? yo no tenía idea; ojalá esta especie de explicación histórica les haya resultado "ok" y que tengan un hermoso día!