jueves, 28 de marzo de 2013

A Don Manuel García Ferré, Gracias por una Vida de Ilusiones

"Mis personajes tienen un fin didáctico o moralizador porque expresan ternura, sabiduría en lugar de violencia o expresiones de mal gusto. Creo que haber sufrido la Guerra Civil Española hizo surgir en mí la idea de buscar personajes que fueran símbolos de comprensión y de paz".

Gracias por la magia, hasta siempre Don Manuel!

Anteojito, El Dragoncito Chipy, Larguirucho, el Hada Patricia, la Bruja Cachavacha y todo el Condado de Trulalá hoy no tienen consuelo, se ha ido para siempre don Manuel García Ferré, el deslumbrante Padre de la Historieta cuya pasión por la ilustración empezó a gestarse en Almería, España, donde vivió hasta los 17 años.

García Ferré & Anteojito

Pertenecía a una familia de clase media y llegó a Argentina en 1947 con su papá, empleado de la empresa estatal de Correos y Telégrafos y su mamá, ama de casa. "A mi madre le gustaba mucho la pintura y quizá mi vocación venga de haber vivido en un hogar donde había una gran inclinación por el arte, aunque no de manera profesional, se hablaba mucho de artes plásticas" y desde entonces decidió dedicar su vida a crear maravillas.
 
Mi antiguo álbum de figuritas

Hombre equilibrado y tierno, escucharlo era muy inspirador. La lucha por la vida, la bondad, la ambición, la compasión, el miedo fueron los símbolos eternos a partir de los cuales don Manuel creó una galería interminable de personajes, historietas y películas inolvidables.

García Ferré & sus personajes en el living de Susana

¿Quién no se emocionó con Trapito? ¿quién no rió con las desventuras de Larguirucho? ¿quién no aprendió los valores que nos transmitió el sabio Patriarca de los Pájaros? Todavía guardo mis dos mil quinientos muñequitos Jack! me ponía de mal humor cuando venían repetidos... tenía que "sacrificarme", volver al kiosko y comprar más irresistibles chocolatines.

Apenas algunos muñequitos de los chocolatines Jack

Desde mi primera infancia, pasando por el jardín de infantes y llegando hasta acá, todo es recuerdo amoroso. Tratar de traerlos a todos a mi memoria sería una tarea interminable; ay, si yo pudiera, si tuviera a mano el sombrero mágico y poderoso me transformaría ahora mismo en Super Hijitus o tal vez me pondría el traje rosa de El Hada Patricia para, con mi varita mágica, hacerte una coraza blindada y no dejarte partir... para no permitir que te vayas nunca, para que no se pierdan mis recuerdos, Don Manuel.

El hada de mis sueños

Pero sólo puedo decirte gracias por la emoción, gracias por las ilusiones que generaste en cuatro generaciones de niños, gracias por la fantasía, por tu amor a la vida y lecciones positivas y por quedarte para siempre en mi corazón.

Don Manuel, Padre de las Adorables Criaturas

Cachavacha, Neurus y Pucho están tristes, hoy no quieren pensar travesuras y hasta prometieron que de ahora en adelante, se portarán bien. Misión cumplida, hasta siempre querido Don Manuel.

jueves, 21 de marzo de 2013

Eterno Romance del Imparable Carrousel del Tiempo, los Cuentos y la Magia

Miro las fotos, me obstino en el recuerdo de las nubes rosadas en el bosque al atardecer, pienso también en que a pesar de las diversas estrategias para evitar el derrumbe, el castillo de arena que construimos sucumbió, se fue tras el azul profundo para vivir una aventura con aquella fatídica estrella de marfil.

Llegó el Otoño...

Aquellas hamacas que querían llegar al cielo, los bigotes de helado, las tardes de mate y churros, el barrilete naranja con orejas de conejo y los anocheceres tardíos han quedado atrás. Decidieron quedarse a vivir en el temporal Reino del Verano, esa delicia de la vida que ya se fue.

... pero se resisten a separarse el ángel y las rosas

Los recuerdos felices y divertidos sin duda permanecen anhelantes aunque me doy cuenta también que me gusta cambiar de estación, de otro modo circularía por la vida y la naturaleza sin matices, desgastada por la obviedad de las cosas.

Mañana otoñal en Buenos Aires

Una danza de hojitas secas de repente instala una atmósfera alegre en casa, y para rendir culto a la felicidad de vivir en familia -ya lo decidí, tengo planes- voy a preparar aquellas inolvidables galletitas de manteca, naranja y limón. Trataré de revivir el aroma a infancia que aún vive en mi corazón.

Cae la tarde en Palermo

A propósito, hablando de familia, les presento a mi hermoso gato gordo y redondo que disfruta de la tarde y las últimas caricias del sol.

Gatazo amoroso

Ahora las rosas aparecen lánguidas, una llovizna tenue las empaña. Las luces de la calle ya están encendidas y una última sonrisa arranca a mis rosas amarillas. Yo ya sé cómo termina esto. Don Otoño, ese andante caballero, pedirá al hada de mi jardín que entre brumas y fábulas las convenza de que con él se vayan a dormir.

Lánguido embeleso. Cuanto más tardías, más hermosas

La vida se volverá más silenciosa, puertas dentro, pero será muy divertido. Y es que pocos sonidos son tan inspiradores como las gotas de lluvia cayendo sobre las hojas secas, pareciera que llueve nostalgia o quizás, fantasía. Por eso voy a inaugurar el territorio mágico, es hora de luchar contra malvadas brujas, el temible ataque de barcos piratas o un ejército de bárbaros!

Es tiempo de cuentos y leyendas...

... Soplan fuertes ráfagas de viento, diviso nubarrones amenazantes en el horizonte...  mil sombras y peligros acechan camuflados en el bosque de la torre de cristal que retiene aislada a la doncella hasta que un príncipe salvador la rescate del mal. Pero, algo pasa... el encantó se esfumó. Veo caras largas; era sabido, las masitas no me quedaron igual.

Tu príncipe te rescatará...

Reproches, desilusión. Busco refugio en la salvadora mermelada de frutos rojos y al delicioso chocolate con vainillas apelaré. Me justifico, les digo -"Es por falta de práctica, chicos. La próxima me saldrán bien"-, mientras mirando la garúa envuelta en torbellino, giro y giro mi cuchara de café.

Las hadas bienhechoras tejen bondades...

Compromisos, trabajo, trámites... con su capa suntuosa el otoño se instaló con gran autoridad. Insiste en llevarse mi cofre violeta donde guardo los recuerdos más queridos del verano, la santarrita preciosa, una estrella de mar y mis amadas rosas...

...y nos regalan un otoño mágico

... pero luego siempre logramos llevarnos muy bien. Bienvenido Otoño, desplegá feliz tu elogiosa gracia, y que continúe girando por siempre el imparable Carrousel del Tiempo, los Cuentos y la Magia.

lunes, 18 de marzo de 2013

Tocando a las Puertas del Cielo...

Bondad, Verdad, Belleza

Salté de la silla estremecida por un torbellino emocional, estaba escuchando la más hermosa noticia. Estaba esperándola pero cuando sucedió no daba crédito a mis ojos, ¡Bergoglio salía al balcón y saludaba a la multitud! En ese mismo instante literalmente la ciudad estalló en un solo grito de corazón; conmoción total: -"¡Bergoglio es el nuevo Papa!!!" fue la frase unánime que estremeció a todos. Medio segundo de perplejidad como para reaccionar y acto seguido, mil campanadas, bocinas, gritos, abrazos, lágrimas, risas, aplausos... ese momento fue la gloria.

Emoción sin fin

Tengo instalada una sonrisa en el rostro desde el miércoles a la tarde. Argentina es una fiesta y no se habla de otra cosa; y hoy hacemos la vigilia. Celebraremos la asunción del Santo Padre y volveremos a empacharnos de emoción y felicidad profunda. Mañana finalmente habremos tocado el Cielo con las manos. Un sueño hecho realidad. Gracias S.S. Francisco, sos lo máximo, lo mejor que jamás nos pasó.

viernes, 15 de marzo de 2013

Ceferino Namuncurá, Angel de la Patagonia

Ceferino Namuncurá
(1886-1905)

Nadie hubiera imaginado por aquellos años que aquel jovencito a quien todos admiraban hoy estaría suscitando una legión de admiradores y devotos en todas las capas sociales, demostrando un extraordinario poder de intercesión para toda clase de necesidades y llegaría hasta la Ciudad Eterna..!
Supongo que ustedes ya estarán pensando que voy a homenajear al nuevo Santo Padre pero no todavía. Hoy continuaré revisando un poco más nuestro tesoro patagónico y su gente. Me gustaría contarles sobre la vida de un amoroso indiecito que no pudo ver cumplido su sueño de ser sacerdote porque una sorpresiva enfermedad tronchó su vida apenas comenzaba a vivir.

-Papá, lléveme a estudiar a la ciudad; así, cuando llegue a grande, podré defender a nuestra pobre gente.
-Sí, m' hijo -murmuró su padre, el cacique Manuel Namuncurá, ahogada la voz en la garganta.- Tengo muchos amigos en Buenos Aires, y haré lo posible para recomendarte a ellos. Mucho costará esta separación; pero no dirás que tu padre no secundó tus designios. Dios ha de querer que un día seas un hombre útil.

Sus hermanitos aplaudieron el proyecto pero la mamá, Rosario Burgos, cautiva chilena, prorrumpió en amargo llanto. Y así, una fría mañana de invierno, padre, hijo y un intérprete atravesaron la pampa que va del río Negro al Colorado; y en Fortín Uno -punta de rieles del ferrocarril en construcción- emprendieron el viaje a Buenos Aires. Era el año 1897 y Ceferino acababa de cumplir 11 años de edad.
Los indios que ya vivían en la Capital se enteraron de la próxima llegada del famoso cacique y el día que arribaron unos cincuenta aborígenes se congregaron en la estación Constitución. Llega el tren. Namuncurá baja con el pequeño Ceferino en medio de las ovaciones de sus paisanos y emocionado les presenta a su hijo, entusiasmados todos lo saludan y uno de ellos le pregunta a qué viene y Ceferino contesta:

-Vengo a estudiar, para bien de mi raza.
Oído lo cual, los indígenas lo aclaman, lo besan y lo abrazan conmovidos. Orgullosos se preguntan unos a otros:
-¿Qué llegará a ser este chico?...
Por lo visto, el angelical muchachito de las Pampas estaba destinado a ser alguien muy especial y venerado.

Una vez instalados en Buenos Aires, su padre fue recibido por el General Luis María Campos, su amigo y por entonces Ministro de Guerra y Marina.
A partir de ese momento, Ceferino ingresó en los talleres que la Armada tenía en la localidad de Tigre y permaneció allí por tres meses; posteriormente, sin embargo, le pidió a su padre que lo sacara porque no le gustaba ese ambiente ni esa profesión. Entonces, su padre, el ahora flamante Coronel Manuel Namuncurá recurrió a su amigo, el Dr. Luis Sáenz Peña, ex presidente argentino, quien recomendó a Ceferino a los Padres Salesianos. El 20 de septiembre de 1897 Ceferino fue inscrito como alumno estudiante interno. Paulatinamente, Ceferino se adaptó al ambiente, dedicándose al estudio, aprendió el idioma español y el catecismo. El 8 de septiembre de 1898 recibió la Primera Comunión y, un año más tarde, el 5 de noviembre de 1899, el Sacramento de la Confirmación en la Iglesia Parroquial de San Carlos de manos de Monseñor Gregorio Romero.
Una de las curiosidades en la vida de Ceferino Namuncurá es que él y Carlos Gardel, futuro actor y famoso intérprete de tangos, fueron amigos y alumnos internos del Colegio Salesiano Pío IX, donde ambos integraron el coro y cantaron juntos en la capilla y en actos culturales.

Ceferino y Monseñor Cagliero

Ceferino estaba muy feliz en este ambiente pero lamentablemente a principios de 1902, su salud se deterioró; por los estudios que le realizaron, se determinó que contrajo tuberculosis. Monseñor Juan Cagliero decidió trasladarlo a Viedma, con la esperanza de que los aires nativos ayudaran a recuperar su salud. A comienzos de 1903, en el colegio "San Francisco de Sales" de Viedma, comenzó su estudio secundario como aspirante salesiano. El sacerdote médico Evasio Garrone, juntamente con el enfermero del hospital, el Beato Artémides Zatti, cuidaron de Ceferino.
El 19 de julio de 1904, con 17 años, Ceferino fue trasladado a Turín, Italia, por Monseñor Cagliero. Los salesianos pensaron que en ese lugar recuperaría la salud y podría continuar sus estudios de sacerdocio. Una vez allá, estudió en el colegio salesiano de "Villa Sora", en Frascati, Roma.
En Turín, el Beato Miguel Rúa, el primer sucesor de San Juan Bosco, conversó varias veces por semana con Ceferino.
El 27 de septiembre de 1904, Ceferino visitó al papa San Pío X, junto con Monseñor Cagliero, los sacerdotes José Vespignani, Evasio Garrone y otros salesianos. A Ceferino le encomendaron la tarea de pronunciar un breve discurso y obsequió al Pontífice un quillango mapuche. A su vez, Pío X le obsequió la medalla destinada a los príncipes.

Ceferino Namuncurá, Lirio de las Pampas

En marzo de 1905, la tuberculosis volvió a afectar la salud de Ceferino. Fue internado en el Hospital de los Hermanos de San Juan de Dios, donde fue atendido por el Dr. José Lapponi, médico personal de los papas León XIII y Pío X pero ya no había nada que hacer, el 11 de mayo de ese mismo año, a los 18 años de edad, Ceferino Namuncurá murió acompañado por Monseñor Cagliero. Según la mayor parte de sus biógrafos sus últimas palabras fueron: "¡Bendito sea Dios y María Santísima! Basta que pueda salvar mi alma; y en lo demás hágase la santa voluntad de Dios".
Fue enterrado al día siguiente de su fallecimiento en el cementerio popular de Roma, en Campoverano, con la presencia de pocos salesianos y compañeros de estudio bajo el amparo de una cruz de madera con su nombre. En 1924, los restos de Ceferino Namuncurá fueron repatriados por orden del presidente Marcelo T. de Alvear y llevados a la capilla reconstruida del antiguo Fortín Mercedes.
En 1930, el sacerdote Luis J. Pedemonte comenzó a propagar las virtudes excepcionales y la devoción al "indiecito santo" con lo cual recogió y publicó testimonios de gracias recibidas por aquellos que le rezaban y lo conocieron. También publicó las cartas de Ceferino, documentos que sirvieron para conocer el espíritu de este joven milagroso y admirable.
El 2 de mayo de 1944, se inicia la Causa de Beatificación y el 3 de marzo de 1957 el papa Pío XII aprobó la introducción de la Causa de Beatificación de Ceferino Namuncurá. Quince años más tarde, el 22 de junio de 1972, el papa Pablo VI lo declaró venerable, transformándose en el primer argentino que llegó a esa altura de santidad. La devoción popular a Ceferino Namuncurá se fue difundiendo desde mediados del siglo XX por toda la Argentina. Es así que a fines de los años '60, ya era muy común encontrar estampitas dedicadas a San Ceferino en plena Ciudad de Buenos Aires.
En 1992 sus restos fueron trasladados a una sala contigua del Santuario de María Auxiliadora de Fortín Mercedes, por razones de mayor seguridad. El 7 de julio de 2007, el papa Benedicto XVI firmó el decreto que declaraba a Ceferino Namuncurá como beato.
El 11 de noviembre de 2007, el enviado papal, el cardenal Tarcisio Bertone, proclamó beato a nuestro querido Lirio de las Pampas, ante más de 100.000 personas en una ceremonia de beatificación en Chimpay, Río Negro, ciudad natal del joven salesiano.
En 2009, sus familiares trasladaron sus cenizas a la Comunidad de San Ignacio, a 60 kilómetros de Junín de los Andes, Provincia de Neuquén, bajo el rito pagano mapuche y próximamente se harán exámenes para aprobar la canonización del -por ahora- beato Ceferino Namuncurá.

miércoles, 13 de marzo de 2013

La Conquista del Desierto

En el espectacular marco de parajes boscosos, ríos con rápidos, glaciares y lagos norpatagónicos vivían en relativa paz tres etnias: tehuelches, pehuenches y mapuches.
Los pehuenches habitaban la paradisíaca zona de los lagos Huechulafquen y Lácar, y en el siglo XVIII se incorporaron a la cultura mapuche.
Los mapuches (que provenían del actual territorio chileno), en el siglo XVII, empujados por los conquistadores españoles, aprendieron a montar a caballo lo que marcó el comienzo de la agonía de los tehuelches, quienes por su parte, opusieron gran resistencia a la expansión mapuche, cultura esta última que prevalecía al momento de la conquista española y que poco a poco se vería cada vez más amenazada frente al proceso de Organización Nacional.
Las relaciones no siempre fueron conflictivas entre aborígenes, españoles y criollos; tuvieron altibajos a lo largo de su historia. Previamente a la Conquista del Desierto realizada bajo el mando del general Julio Argentino Roca, los gobiernos que lo precedieron llevaron adelante campañas militares y acuerdos de paz con los distintos pueblos que poblaban la región pampeana y el norte de la Patagonia con el objeto de contener sus ataques o de avanzar sobre sus territorios para incorporarlos.
La tremenda guerra de los pampas en 1821 fue terminada por Juan Manuel de Rosas, quien les prometió subvencionar sus necesidades pues se necesitaba paz por la guerra que se libraba con Brasil.

Gobernador Juan Manuel de Rosas

Las relaciones con Rosas se reanudaron en 1829 pero las prestaciones ya no bastaron. Además, gente de pocos escrúpulos habían descubierto el negocio de armar a los indios para que robasen vacas en territorio argentino y las llevaran a Chile.
Los malones, fomentados por el cacique Chocorí y contrabandistas, arreciaron desde 1831. Poco antes de dejar el gobierno en su expedición militar Rosas propuso una ofensiva pero no se proponía exterminar a los indígenas, fuera de los bandoleros de Choele-Choel.

Campaña al Desierto de Juan Manuel de Rosas

Entonces, en un principio se establecieron vínculos diplomáticos entre las autoridades y los grupos aborígenes pero conforme pasaban los años y los gobiernos se buscaba integrar al país y debido al avance de la frontera los indígenas se veían más y más ahogados. Su situación desesperada aumentaba sin reparos de ninguna clase. La gente reclamaba carne y abrigo, estaban enojados contra los malos "cristianos" que les escamoteaban las raciones tan necesarias, y juraron vengarse. Una vez más, las promesas que les había hecho el Gobierno no se cumplían.
El año 1872 fue el de los grandes malones; veintisiete se cuentan solamente en la provincia de Buenos Aires debido a la opresión con la que se vieron sorprendidos, a la súbita apropiación de tierras por parte de españoles y criollos, a la organización en estancias y a la creciente desaparición de animales sueltos. Ante este panorama los mapuches se vieron obligados a apropiarse por la fuerza del ganado y de los recursos necesarios para subsistir. Asimismo, entre los pueblos habitantes de la Pampa y la Patagonia no había unidad sino un estado de paz armada entre las tribus, que se quebraba al menor indicio de desconfianza.
El cacique Calfucurá, legendario Señor de las Pampas, Napoleón del Desierto, quien peleó junto a Rosas, masacró a la etnia de los vorogas y lideró la resistencia mapuche durante 40 años acaudillando los malones que atacaron los poblados de la provincia de Buenos Aires, hasta que fue derrotado por las tropas del presidente Domingo Faustino Sarmiento en la Batalla de San Carlos, en 1872.

"El Malón" - Obra de Mauricio Rugendas

Hacia 1875 continuaba la temible era de los grandes malones, el de ese año abarcaba trescientas leguas y el número de animales robados fue de quinientos mil. Los muertos fueron unos trescientos; los cautivos medio millar y las casas incendiadas, cuatrocientas. Azul estaba rodeado, y a punto de quedar a merced de los indios. Se la considera una de las invasiones más desastrosas que ha soportado la provincia de Buenos Aires, pero ya la estrella de la dinastía Calfucurá declinaba fatalmente al ocaso junto con la de los Namuncurá y por otra parte, los caciques mapuches Foyel e Inacayal, que heredaron por algún tiempo el liderazgo, finalmente formaron parte del último grupo rebelde que se rindió.
Adolfo Alsina, nuevo ministro de Guerra, idea una muralla china en miniatura para contener a la indiada, sólo que, en vez de ser en alto relieve, va a ser en bajo relieve;  y una zanja -la famosa zanja de Alsina- de tres varas de profundidad, cubre en forma zigzagueante la extensión de quinientos kilómetros. Está erizada de fortines y de campamentos, a corta distancia unos de otros. No podrán impedir las filtraciones de individuos aislados; pero se cree que sí impedirán los malones.

Frontera hasta la Zanja de Alsina

El cacique Namuncurá pide la paz y solicita la mediación del arzobispo Aneiros para que no les falte la ración de carne, yerba, azúcar y tabaco. A partir de este momento un tercer elemento, insignificante en un principio, será en adelante el intermediario entre el Gobierno y la tribu: el factor religioso.
La construcción de la zanja, al ser sólo una medida defensiva y no ofensiva, no resolvió definitivamente el problema de los malones y Alsina fue duramente criticado pero toda esta polémica terminó con la inesperada muerte de Alsina en 1877, provocada por una enfermedad renal.
El 4 de enero de 1878, Julio Argentino Roca, experto militar, recibió un telegrama de Avellaneda en el cual se lo nombraba Ministro de Guerra y Marina; por fin llegaba el momento que tanto había esperado. Roca asumió su cargo y convenció a Avellaneda de accionar su plan para aumentar el territorio controlado por el Estado nacional. Para eso, se necesitaba dispersar y aniquilar toda fuerza indígena de forma tal que se evitaran posibles levantamientos.
El Congreso finalmente aprobó la ley 947 que autorizó la expedición que encabezaría el general Julio Argentino Roca. Un año antes, ante el Congreso de la Nación, afirmó: "Es necesario (...) ir directamente a buscar al indio en su guarida para someterlo o expulsarlo".
El Ministro de Guerra está satisfecho, ahora posee los recursos para iniciar la campaña cuyo objetivo es ganar los territorios en manos de los pueblos originarios. La flamante ley también da marco para gestar esta nueva expedición y se crea la Gobernación de la Patagonia con cabecera en Mercedes de Patagones. El general enlista a sus hombres para la misión, creen que las armas vencerán la resistencia indígena y efectivamente, a medida que sus caballos avanzan se escriben las primeras páginas de uno de los hechos más sangrientos del siglo XIX.

Presidente Julio Argentino Roca

El 16 de abril de 1879 comenzó la llamada Conquista del Desierto. Las tropas movilizadas por el general Roca estaban formadas por 6.000 soldados, llevaban 7.000 caballos, 1.290 mulas y 270 bueyes. Junto con Roca y el Ejército viajaron también miembros de la Academia Nacional de Ciencias y un grupo de sacerdotes. El objetivo era analizar las posibilidades productivas de las tierras y evangelizar a los indígenas.
El 24 de mayo de 1879 finalizó la primera etapa de la conquista con la posesión de la margen septentrional del río Negro. La campaña se extendió cinco años más hasta lograr la conquista del resto de la Patagonia. Las carabinas Remington, las comunicaciones telegráficas y el tren fueron factores clave para la victoria sobre los indígenas. Las comunidades originarias fueron reducidas y sus mujeres e hijos repartidos como sirvientes.
El "Cacique del País de las Manzanas" Valentín Sayhueque, hijo de Chocorí, fue el último cacique araucano en someterse a las tropas de Roca y aceptar las leyes y la autoridad del Estado argentino.

La Conquista del Desierto - Fotografía tomada por Antonio Pozzo

La consecuencia de esta sangrienta campaña fue la apropiación de millones de hectáreas de tierra por parte del Estado, las cuales pasaron a ser propiedad de grandes terratenientes e inversionistas, y fueron utilizadas para la producción agrícola y ganadera. La dirigencia política había decidido que Argentina fuera proveedora de materias primas de las naciones extranjeras.
Fiel exponente de la Generación del '80 y enmarcado en la visión positivista, la popularidad y el prestigio Julio A. Roca luego de la expedición fue gigantesca.
Ya en su rol como presidente de nuestro país, encomienda al coronel Conrado Villegas dirigir las campañas de 1881, es decir, la segunda etapa. Ese año Villegas confinó a los dos últimos caciques rebeldes Foyel e Inacayal, cerca del majestuoso lago Nahuel Huapi; y entre 1883 y 1884 tras cinco años de persecuciones y combates, finalizó con toda resistencia indígena, exterminando a buena parte de los pueblos originarios.
Dos veces presidente de mandatos completos, durante su primer gestión (1880-1886) Julio Argentino Roca creó los territorios de La Pampa, Río Negro y Neuquén; y, por el Tratado de Límites con Chile de 1881, la Argentina afianzó su dominio sobre la Patagonia dando origen a Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
En el marco de la defensa de nuestra soberanía, el polémico presidente constituyó también los territorios de Chaco y Formosa y, por la ley de Territorios Nacionales de 1884, surgieron nueve gobernaciones lográndose de este modo, la integración territorial. Por último, en 1885, la Prefectura Naval Argentina procede a izar el pabellón nacional fundando la ciudad de Río Gallegos con el objetivo primordial de ejercer dominio permanente y directo sobre el extremo continental del país.

viernes, 8 de marzo de 2013

El Arte Románico, Primer Estilo Internacional de la Edad Media

Arte Románico, un Canto de Alabanza y Mística Serenidad

El siglo XI fue en Europa occidental una época de florecimiento económico, político, y sobre todo, religioso y monacal. La Iglesia triunfa y se renueva gracias a la acción de diferentes movimientos reformadores, las grandes abadías adquieren una influencia supranacional, y las nuevas formas del culto divino reclaman otro tipo de construcciones, más acordes con las necesidades de la liturgia.

Colegiata de Santa María la Mayor, Toro, España

Por todo el continente se extendió una fiebre constructora que llenó Europa de grandes monasterios e iglesias; siempre tengo la sensación de que este estilo consigue el efecto de unir el pasado y el presente con el único fin de provocar los sueños más hermosos, parecen pueblos rescatados de eternos cuentos de hadas. La arquitectura medieval nos remonta de inmediato a un milenio atrás en la historia. Callecitas estrechas y tortuosas, arcadas ojivales y escaleras que conducen a pasadizos que a su vez conducen a otros... y en todo esto la influencia francesa resultó decisiva: desde el monasterio de Cluny, en Borgoña, los benedictinos cluniacenses exportaron su arte al resto de los países.

Antigua Abadía de Cluny, en Francia

Gracias a ellos, el románico, que nació de la tradición clásica romana y de la experiencia carolingia, se extendió por toda la cristiandad. Los monasterios cluniacenses (que llegaron a ser más de 1.000) se fundaron en todos los reinos europeos. Todos ellos contaban con una serie de dependencias comunes y con el mismo modelo de iglesia. Además, constituían centros de difusión cultural; aglutinaron las renovadas ideas cluniacenses, transmitiéndolas, a su vez, a las nuevas fundaciones, gracias al entusiasmo evangelizador de sus monjes.

Catedral de Santiago de Compostela, España

La unidad espiritual y constructora se vio favorecida, asimismo, por el establecimiento de los caminos de peregrinación como vías de comunicación. Todas las iglesias que guardaban reliquias recibían las visitas de peregrinos, pero sobre todo hubo tres centros que concentraron la máxima afluencia de fieles: Roma, Santiago de Compostela y Tierra Santa. A través de las rutas que llevaban a estos lugares, viajeros de todas las condiciones sociales dejaban tras ellos la plasmación de las nuevas ideas artísticas procedentes de alejadas zonas del norte y del centro de Europa.

Ábside de la Iglesia San Martiño de Gargantáns, Moraña, España

Canteros, maestros artesanos o escultores tenían la posibilidad de ejercer sus oficios allí donde se les encomendaba una tarea. Este constante flujo de personas y los continuos intercambios de conocimientos a lo largo de las rutas de peregrinación hicieron que la arquitectura religiosa románica se configurara como un estilo artístico bastante homogéneo.
No obstante, el nuevo modelo estético sufrió una evolución a lo largo del tiempo, y así, al primer románico, durante los dos primeros tercios del siglo XI, siguió una etapa de esplendor en las formas artísticas, que se extendió desde el último tercio de dicha centuria hasta mediados de la siguiente; finalmente, en el período de transición, que alcanzó los primeros años del siglo XIII, el lenguaje románico se mezcla ya con el gótico.

La Arquitectura Románica

Los monasterios y las iglesias fueron las construcciones más características del románico. Los templos no sólo eran un lugar de oración, sino que constituían un espacio comunitario, un ámbito de reunión de fieles.

Deslumbrante Conjunto Catedralicio de Pisa, Italia

Los más importantes, por la magnificencia de sus proporciones, fueron las iglesias de peregrinación, situadas a lo largo de caminos de peregrinos y, en especial, las construcciones ubicadas en aquellas vías que tenían como meta la catedral de Santiago de Compostela (siglos XI y XII), modelo de máxima perfección arquitectónica.

Cripta de Canterbury, Reino Unido

En términos generales, se distinguen dos grandes grupos de construcciones: uno de planta longitudinal y otro de planta central.
Entre las iglesias de planta longitudinal destaca por su importancia la basílica, aunque existen multitud de variantes: iglesias de nave única -con el ábside incluido en la nave-, que derivan del oratorio de principios de la Edad Media; iglesias con planta de salón -con tres naves, todas de la misma altura-, características del sudoeste de Europa, sobre todo del Poitou, en Francia, o iglesias de dos alturas -una variante de las anteriores, con las naves laterales un poco más bajas que la central.

Iglesia de Santa María de Eunate, España

Por lo que respecta a los templos de la nave central, son edificios que se articulan en torno a un punto; su planta está formada a menudo por círculos, cuadrados y otros polígonos y, en la mayor parte de los casos, las capillas están integradas en la estructura. Como la iglesia de Santa María, de Eunate, en Navarra (siglo XII), o el baptisterio de Milán (1153).
Pero si hay que destacar un modelo de iglesia románica, ése sería el de la basílica, ya que es el tipo de construcción más repetido. Se trata de un espacio longitudinal que se orienta en dirección oeste-este -pies-ábside-.

Encantador detalle de la parte sur de la
Iglesia Santa Gertrudis de Nivelles, Bélgica


Son edificios de tres o cinco naves; la central o principal suele ser más alta y ancha que las laterales y, en ella, las ventanas procuran una iluminación directa al interior. El sistema de alzado del muro de la nave central acostumbra a tener varios pisos -como en Sainte Gertrude de Nivelles, Bélgica, construida entre los años 1000 y 1046, o en la catedral de Santiago de Compostela-. Sobre las arcadas se localizan una o dos galerías -triforio- y una zona de iluminación.

Planta en forma de Cruz Latina, 
Catedral Santiago de Compostela

La división del espacio interior se articula mediante hileras de arcos semicirculares de medio punto, apoyados en pilares o en columnas que delimitan las naves en sentido longitudinal.
En alzado, esta estructura crea un ritmo que suele quedar interrumpido por la nave transversal, el transepto, que, a veces, configura en la construcción una planta de cruz latina, como sucede en Sainte-Foy de Conques, Francia (siglos XI y XII).

Sainte - Foy de Conques, Francia

Ábsides de Sainte - Foy de Conques

En la cabecera de la iglesia, se sitúa el prebisterio, que puede tener ábside único o bien una estructura formada por tres o más ábsides abovedados, el central más ancho, y con capillas radiales; otra posibilidad es que se prolonguen las naves laterales, generando el deambulatorio, primer paso hacia la girola del gótico. La iglesia románica es un espacio dinámico que se dirige horizontalmente hacia la zona del ábside, el corazón del edificio. Este ámbito se identifica con el santuario de Dios.

Frente de la Abadía de Saint-Guilhem-le-Désert, Francia

La distribución del espacio interior se complementa con la cubierta, cuya construcción constituía uno de los principales problemas del maestro de obras. Con el tiempo se sustituyeron las cubiertas planas de madera y se adoptaron las bóvedas semicilíndricas de piedra -bóveda de cañón-, reforzadas por arcos fajones.

Catedral de Cremona, Italia

Para la cubrición de espacios cuadrados se buscaron soluciones más simples desde el punto de vista constructivo; las naves laterales o criptas normalmente se techaban con bóvedas de arista, generadas como resultado de la intersección de dos medios cañones.
El punto fundamental de la iglesia es el crucero, zona de encuentro de los espacios longitudinal y transversal, que genera un espacio cuadrado, cubierto mediante una bóveda de arista o una cúpula semiesférica apoyada en pechinas o trompas, como en San Vicente de Cardona, Barcelona (1040).

Iglesia de San Vicente de Cardona, Barcelona

Cripta de San Vicente de Cardona

En el exterior, predominan los volúmenes regulares, sólo deformados por los planos inclinados de las cubiertas; incluso los sillares se tallaban siguiendo esas proporciones regulares. Pero la parte más significativa del exterior era la fachada, que reflejaba la distribución del espacio interior. Así, un edificio de tres naves se traduce en una fachada en la que una puerta central semicircular tiene a ambos lados arcadas abiertas o ciegas.

Visión Nocturna de la Catedral Vieja de Hersfeld, Alemania

Sobre la vertical de la puerta central se abre una ventana, de proporciones muy superiores a las de las que recorren la nave en sentido longitudinal, y que permite la entrada de la luz. A la altura de esta ventana se sitúa, en el interior, la galería o coro.
La fachada principal solía estar ricamente adornada; el pórtico constituía su elemento fundamental. Desde un punto de vista arquitectónico, se trataba de salvar el grueso muro de la construcción. Para lograrlo, se colocaban una serie de arcos o arquivoltas que disminuían de radio desde el exterior al interior y que descansaban sobre las jambas de la estructura.

Iglesia de San Martín de Frómista, Palencia

Iglesia de San Vicente de Tahull, Lleida

Por último, otro elemento fundamental era la torre -una o varias-, flanqueando la fachada, que otorgaba a estas construcciones su silueta típica -San Martín de Frómista, Palencia (construida después de 1066), con sus dos torres cilíndricas, o San Clemente de Tahull, en Lleida  (1123), con su imponente torre de planta cuadrada y su característica decoración de influencia lombarda.

La Decoración

Ventanas, portadas y capiteles se llenaron de abundante decoración escultórica, que adquirió una función de lenguaje, de ilustración, en una época en la que los fieles analfabetos "leían" las historias sagradas en los relieves, lo que convirtió a la Iglesia en la "Biblia de los pobres". Evangelizar con el arte, esa era la idea. Al escultor no le importaba la perfección anatómica ni la belleza clásica, porque lo que buscaba era el simbolismo y la expresividad.

Fresco del Siglo XI - Iglesia San Clemente, Roma

Las figuras se alargaron y adelgazaron, transmitiendo así una extraña espiritualidad.

Detalle del mosaico del ábside de la Iglesia de San Ambrosio, Milán

Es frecuente la representación del Pantocrátor, imagen de Jesucristo entronizado el día del Juicio Final, acompañado del tetramorfos, animales que simbolizan a los evangelistas (san Juan es el águila; san Mateo, el ángel; san Marcos, el toro; y san Lucas, el león), rodeados, a su vez, por los ángeles músicos y los ancianos descritos en el Apocalipsis.

Pantocrátor y Tetramorfos - Iglesia de Santiago, Carrión de los Condes

Algunos de los más brillantes conjuntos escultóricos románicos pueden contemplarse en la Catedral de Santiago de Compostela, culminación del estilo, o en el claustro del monasterio de Santo Domingo de Silos, en Burgos, y en las iglesias de Saint-Trophime de Arles o Saint-Pierre de Carennac, en Francia.

El Pesaje de las Almas - San Miguel y un Diablo Tramposo

En España, durante los siglos XI y XII desempeñaron su actividad notables pintores que decoraron los muros, bóvedas y ábsides de algunos templos, con frescos de brillante colorido y grueso dibujo, pero, al igual que en la escultura, la pintura románica no pretendió la representación exacta de la realidad. Las figuras no son naturalistas y carecen de perspectiva, ya que el pintor prefiere plasmar vivencias religiosas antes que reproducir formas reales.