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Stonehengue |
Sobresaliendo en el verde paisaje de la campiña inglesa, círculos de piedras de 4.500 años irradian un intrigante y magnético poder que lo impregna todo, produciendo el efecto de un inmediato salto en el tiempo. Se trata de Stonehengue, la reliquia más famosa de la prehistoria europea y uno de los monumentos más reconocidos y contemplados del mundo. Erigido en la Llanura de Salisbury, en el sur de Inglaterra, el conjunto megalítico de Stonehengue constituye un misterio porque, más allá de su carácter ritual, aún no existe acuerdo sobre el tipo de ceremoniales que allí se celebraban.
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Ubicación de Stonehengue |
La construcción presenta tres fases de ocupación, que abarcan de fines del Neolítico al Bronce antiguo y los siguientes son algunos números para el asombro.
166 piedras constituían originalmente el conjunto megalítico, las 82 piedras azules de menor tamaño procedían de Malborough Roughs, 30 kilómetros al norte.
Las 84 restantes, de gres silícico provenían del lejano País de Gales.
40 toneladas es el peso de la piedra más alta -9 metros- del círculo de piedras adinteladas que delimita el perímetro exterior del megalito.
240 kilómetros separan Stonehengue de los montes de Preseli (Gales), cantera de las piedras más pesadas. Se cree que fueron llevadas por vía marítima y fluvial y, una vez en tierra, arrastradas con patines de madera.
400 túmulos con enterramientos se hallan en las proximidades y sus ricos ajuares, datados entre 2000 y 1500 a.C., confirman la intensa actividad comercial del pueblo que construyó el conjunto megalítico pero no hay textos que expliquen el propósito de Stonehengue. En su historia sin palabras se analizan multitud de significados, pudo haber sido templo del Sol, o de la Luna; calendario astronómico, ciudad de los antepasados muertos, centro de curación; representación lítica de los dioses; símbolo de condición social y de poder o centro de observación astronómica.
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Stonehengue de muy cerca |
Su construcción llevó más de mil años y representó el final de una gran tradición de construcción de monumentos en la Inglaterra neolítica. Cayó en desuso cerca del año 1500 a.C. y, con el paso de los siglos, muchas de sus piedras se vinieron abajo, se quebraron o fueron sustraídas. Estas son algunas teorías sobre las técnicas que se pudieron haber empleado para su construcción:
Menhires, el método más verosímil para su elevación consistiría en arrastrarlos hasta el borde de una rampa, para luego hacerlos pivotar gracias a un contrapeso.
Dinteles, ciertas teorías defienden que se colocaron mediante rampas. Otras hipótesis, sin embargo, consideran más probable el uso de una sucesión de andamios.
Ensamblaje, para sujetar los dinteles sobre los menhires así como para ensamblarlos en su círculo, se emplearon técnicas de machihembrado propias de la carpintería.
Pero el gran enigma sigue siendo cómo sus constructores transportaron hasta el lugar menhires de 4,5 metros de altura y 45 toneladas de peso desde tantos kilómetros. Se ignora si las rocas fueron movidas a la Llanura de Salisbury en una sola campaña sostenida o en una actividad continua durante una generación o más. De igual modo, a través de los años se ha debatido acaloradamente cómo se trasladaron las rocas. Aunque quizá los sedimentos glaciares aflojaron las rocas de las colinas, los estudios descartaron una antigua teoría de que los glaciares las arrastraron hasta la Llanura de Salisbury; pero los pobladores debieron trasladarlas de algún modo... Los arqueólogos buscaron develar este enigma sometiendo a escrutinio los contornos, las marcas e incluso las sombras de las piedras. Algunas de sus columnas, como la Piedra Talón, están orientadas hacia la salida del Sol, en el solsticio de verano pero, nada. El misterio continúa intacto.
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Stonehengue - Vista Aérea |
John Aubrey, anticuario inglés del siglo XVII que descubrió en Stonehengue los hoyos que llevan su nombre, inició la asociación del monumento con la religión druida de los celtas. Pero al margen de si los druidas usaron o no el lugar, la arqueología ha demostrado que no participaron en su construcción porque es anterior a la aparición de los celtas.
Ya en el siglo XII el escritor Geoffrey of Monmouth vincula la creación de Stonehengue con Merlín. Así, el mago habría hecho traer grandes piedras desde Irlanda para erigir un monumento en honor de 300 nobles britanos masacrados por los sajones en el siglo V d.C. y en la región aún se cree que los menhires tienen propiedades mágicas y son morada de duendes.
Como vemos, teorías más o menos certeras y variadas abundan porque, paradójicamente, el Neolítico, a pesar de ser la fase más decisiva en el desarrollo de la humanidad, es también uno de los episodios más desconocidos y oscuros de nuestra evolución. Las piedras están colocadas con determinación, podemos darnos cuenta que las personas que construyeron Stonehengue habían descubierto algo, pero los siglos pasan y todavía no se sabe ni cómo ni qué.