Santa Rosa de Lima, Rosa del Mundo

Santa Rosa de Lima, Patrona de América

La primera santa de América nació como Isabel Flores de Oliva en Lima, Perú, el 30 de abril de 1586, plena época dorada de la santidad. Muy bella, fue confirmada como Rosa y luego de varias experiencias místicas, dedicó su vida a la oración, a cuidar enfermos, a educar a los pobres y a convertir a los aborígenes al catolicismo. Su corta vida estuvo plagada de sacrificios, padecimientos y milagros.

Murió en 1617, a los 31 años como ella misma lo profetizó y fue canonizada en 1671. El papa Clemente X la convirtió en Patrona de América, Filipinas e Indias Orientales y en 1816 el Congreso de Tucumán la eligió como Patrona de la Independencia de América. Es la Rosa que ilumina y embellece el camino de la vida.

Pero, ¿lloverá o no lloverá? Cada vez que se acerca el 30 de agosto se intensifican las preguntas por el mito pluvial que conmemora el día de Santa Rosa de Lima.

El origen de la creencia que relaciona a Santa Rosa con la tormenta comenzó en 1615. Cuenta la leyenda que ante la proximidad de corsarios holandeses que habían atacado el puerto de El Callao, cercano a Lima, la autoridad eclesiástica dispuso que se elevaran rezos en todos los templos. Indefensa, la población entraba en pánico desesperado, pero Isabel, sin perder la calma, elevó sus súplicas desde la Capilla de San Jerónimo.

Pronto se desató una furiosa tormenta que impidió el desembarco, la ciudad quedó a salvo del ataque y las embarcaciones, deshechas. Entre desconcertados y agradecidos, los fieles atribuyeron esa tormenta a sus ruegos. Desde entonces, cada vez que el calendario llega a los últimos días del mes de agosto estamos más pendientes del Servicio Meteorológico, y en el imaginario popular cualquier lluvia que se precipite por esos días caerá en la categoría de la célebre Tormenta de Santa Rosa. Quién sabe, quizás hoy lloverán rosas. Tal vez hoy miles de pétalos de rosas caerán del jardín celestial.