Cristianismo, Cambiando el Rumbo de la Historia Universal

Jesús Imparte su Doctrina

El movimiento cristiano, nacido en Judea se difundió de Jerusalén a toda Palestina a partir del año 40, extendiéndose instantáneamente al mundo grecorromano. Luego, se unió al Imperio y no sólo logró escapar a su destrucción, sino que conquistó la moral de los invasores bárbaros.

La Edad Media puede considerarse como una de las etapas más gloriosas del Cristianismo, pues puso al servicio exclusivo de éste todas sus organizaciones políticas e intelectuales. La influencia del Cristianismo continúa en el Renacimiento aunque un tanto disminuida, y cuando parecía ya próxima a desaparecer durante la Revolución Francesa renace triunfante y es bien recibida por las sociedades democráticas modernas.

En el instante mismo de su aparición la moral fue unida a la religión, la extraordinaria eficacia del Cristianismo se afirmó por todas partes y lograba su obra de regeneración. El martirio fue, asimismo, uno de los pilares del Cristianismo, pues desde Nerón hasta Constantino, la profesión de la fe cristiana significaba la sentencia de muerte. Los espectáculos obscenos que se sucedían en las calles, teatros y templos de la Roma antigua, y en los juegos de circo, habían comprometido seriamente la moral pública.

Martirio de los Primeros Cristianos

La misión del Cristianismo fue hacer desaparecer todas estas miserias y pudo propagarse con gran rapidez gracias a la promesa de vida eterna y a que predicaba el amor y la igualdad entre los hombres.

Con la victoria de Constantino sobre sus enemigos, al principio del siglo IV la Iglesia se convirtió finalmente en la religión oficial del Imperio. Sin embargo, las iglesias orientales se habían desarrollado con independencia y habían adquirido caracteres muy particulares, de modo que cuando la Iglesia de Roma se puso en contacto oficialmente con ellas, se negaron a obedecer.

También aparecieron controversias teológicas en el seno de la Iglesia y se dividieron en dos: la oriental, que se dedicó a evangelizar a los pueblos eslavos, y la occidental romana que hacía lo propio con los bárbaros.

La formación del Sacro Imperio Romano, con la coronación de Carlomagno en el año 800, inauguró un período en que la Iglesia acrecentó su poder actuando en estrecha colaboración con el Estado. Durante 1378-1408 el Cisma de Occidente puso en tela de juicio al poder pontificio, y se instala un proceso conocido como Reforma, lo que da lugar a numerosas guerras de religión.

La Santa Cruz

La Iglesia Católica, al sentirse amenazada, inicia la Contrarreforma y la Orden de los Jesuitas, para predicar el Evangelio en Tierra Santa y llegaron hasta Asia, Africa y América. Pero la división ya se había consumado con la aparición de anglicanos, protestantes y calvinistas.

El Catolicismo se establece en Francia y una parte de Alemania y el Protestantismo se establece en los paises escandinavos y anglosajones. España, Portugal, Irlanda e Italia continuaron siendo católicos, extendiéndose luego a sus dominios de ultramar, especialmente en América latina.

Pero a pesar del esfuerzo evangelizador, el Cristianismo experimentó una grave crisis de decadencia en el siglo XVIII y llegó a ser considerado como simple ética. Esta crisis fue superada gradualmente a partir de la segunda mitad del siglo XIX.

En la actualidad, la tecnología y la investigación han provocado una nueva crisis en el Cristianismo que se esfuerza por adaptarse a los tiempos modernos, aunque este esfuerzo choca a menudo con la rigidez de su propia doctrina.