Napoleón I, en su Trono Imperial |
El hombre de cuna humilde que más tarde sería emperador de Francia y pondría en jaque a reyes y emperadores, nació como Napoleone Buonaparte en el seno de una familia corsa de origen italiano. Córcega, una agreste isla infestada de bandidos, pasó a formar parte de Francia en 1768, un año antes de su nacimiento. A los nueve años, Napoleón aprendió francés en la escuela (aunque siempre lo habló con un marcado acento italiano), lo que le permitió asistir a la academia militar de Brienne-le-Château en Francia. Su familia era tan pobre que sus gastos académicos fueron financiados por el Estado francés pero desde muy temprano se hizo evidente que Napoleón era un hombre muy capaz. Después de graduarse en 1784, ingresó en la Real Academia Militar de París, donde en 12 meses logró completar un curso de dos años, destacándose especialmente en matemáticas, geografía y ciencias. A los 16 años fue nombrado subteniente de artillería.
Los Tiempos de la Revolución
Napoleón liderando a su tropas en la Batalla del Puente de Arcole |
A la muerte de su padre, en 1785, Napoleón se convirtió en jefe de familia a pesar de no ser el hermano mayor. Córcega fue su principal centro de atención durante algunos años, hasta el punto de dejar de lado su carrera militar. Sólo cuando su familia abandonó la isla debido a sus inclinaciones profrancesas, Napoleón pudo enfocar sus ambiciones en Francia. Sus méritos le permitieron ascender en la coyuntura de la Revolución Francesa y a los 24 años fue nombrado general de brigada por los jacobinos. Sin embargo, sobrevivió a su caída y puso sus cañones al servicio de sus sucesores, el Directorio, para sofocar un levantamiento en octubre de 1795. Entre 1793 y 1815, Francia se enfrentó a todas las potencias europeas, tanto individualmente como coaligadas. Cuando en marzo de 1796 Napoleón fue puesto al frente del Ejército de Italia, ya no había marcha atrás. Tras insuflar nueva vida a su exhausta tropa consiguió una serie de grandes victorias, entre ellas, la derrota del ejército papal, que lo coronaron como héroe de Francia.
Poder Absoluto
"Soldados: desde lo alto de estas pirámides, más de cuarenta siglos os contemplan" |
Napoleón no tenía suficiente con ser reconocido como un magnífico general. Su ambición sólo podía ser saciada con el poder político supremo, aunque sin las características del absolutismo monárquico que había imperado en Europa. En 1799, al ser reclamado para respaldar una conspiración contra el Directorio, alcanzó el liderazgo como primer cónsul. En 1804, fue proclamado emperador.
Napoleón fue un dirigente inteligente y un incansable trabajador que supervisó personalmente la creación de un sistema legal, administrativo y educativo para Francia. Sin embargo, también fue un hombre que se consideraba a sí mismo predestinado y que creía en su imagen pública, de salvador de Francia y heredero del Sacro Imperio Romano Germánico.
Genio Militar
Napoleón cruzando Los Alpes |
Aunque Napoleón realmente deseaba la paz (en sus propios términos), pasó en el campo de batalla la mayor parte de sus años de gobierno. Demostró su genio militar una y otra vez, conduciendo a sus enormes ejércitos a gran velocidad al encuentro del enemigo con objeto de conseguir victorias decisivas mediante un empleo formidable de la fuerza. Este estilo de guerra requería que sus hombres asumieran muchas bajas, a pesar de lo cual Napoleón era adorado y su presencia en el campo de batalla enfervorizaba a los soldados. Sabía cómo usar títulos y condecoraciones (la Legión de Honor es creación suya) para recompensar y estimular el esfuerzo.
El Código Napoleónico
Copia del Código de Napoleón |
El Código Civil redactado por orden de Napoleón entre 1800 y 1804 se considera su legado más importante, la influencia directa del emperador sobre el código favoreció la autoridad patriarcal y los "valores familiares". Napoleón insistió en que estipulara que "la mujer debe obediencia a su marido", los hombres menores de 25 años no podían casarse sin autorización paterna y, aunque se legalizó el divorcio, era difícil de obtener. La monumental obra legal confirmó a grandes rasgos los derechos y libertades instauradas con la Revolución y convirtió a Francia en el primer Estado dotado de una administración moderna. Estas reglamentaciones, precisamente, son las que rigen hoy en día en casi todos los países. Por su parte, el Código Civil napoleónico fue adoptado por la Argentina en 1871, así que nuestras leyes actuales provienen prácticamente de la época napoleónica.
La Caída
Napoleón, Abdicación en Fontainebleau |
Pero Napoleón no era perfecto. Frecuentemente faltó a la verdad en los informes de batalla para su propio engrandecimiento. En 1812, cuando invadió Rusia, su capacidad de análisis de la situación lo condujo al error y es probable que su intento por abarcar demasiado haya precipitado su caída. En 1815 fue derrotado en Waterloo y encarcelado en Santa Elena, donde hasta su último momento se puso al servicio de su propia imagen, escribiendo sus memorias. Y aunque el emperador que se adueñó de Europa creó una leyenda, no logró crear la dinastía que tanto había deseado.
En su Lecho de Muerte, Coronado de Laureles |
Durante su funeral sonó el Réquiem de Mozart:
Napoleón I° Bonaparte pasó a la Historia como el "salvador" de la Revolución y la espada de los valores republicanos, pero Thomas Jefferson se mostró menos amable con los logros del gran corso, al que trató en estos términos:
"[un] miserable que (...) provocó más dolor y sufrimiento en el mundo que cualquier otro ser que hubiera vivido anteriormente. Después de destruir las libertades de su patria, ha agotado todos sus recursos, físicos y morales, para regodearse en su maniática ambición, su espíritu tiránico y arrollador (...) ¿Qué sufrimientos pueden expiar (...) las desdichas que ya ha afligido a su propia generación,y a las venideras, a las cuales ya ha agobiado con las cadenas del despotismo (...) El Atila de nuestro tiempo (...) ha causado la muerte de cinco o diez millones de seres humanos, la devastación de otros países, la despoblación del mío, el agobiamiento de todos sus recursos, la destrucción de sus libertades (...) Ha hecho todo esto para hacer más ilustres las atrocidades perpetradas, para engalanarse a sí mismo y a su familia con diademas y cetros robados."
Como vemos hay opiniones a favor y en contra. Para unos, Rayo de la Guerra, para otros, Genio de la Paz. Lo cierto es que Napoleón I° ha pasado a la posteridad como el modelo salvador de la patria, capaz de instalar el orden donde antes reinaba el terror y la anarquía y es ejemplo de eficaz gobernante cuya obra fue imitada en todo el mundo.