Delirios, Lágrimas y Sangre

Algunos de los monumentos más fascinantes del mundo dan testimonio de las altas cotas que pueden alcanzar la imaginación y creatividad humanas, y varias son expresión de sentimientos extremos o de experiencias sobrenaturales.

El Castillo de Neuschwanstein

En medio de los idílicos Alpes y la pura fantasía romántica, Luis II de Baviera -rey de carácter retraído- mandó construir este castillo para poder alejarse de la vida pública. Lamentablemente, ver realizado su cuento de hadas le costaría la ruina y el suicidio.

El Coliseo Romano

Hubo una época en que la popularidad de los emperadores se medía por el éxito conseguido en los juegos que se celebraban en el elegante Anfiteatro Flavio, monumento que representó la época dorada de Roma y fue erigido especialmente para satisfacer la profunda sed de diversión y sangre. Los espectáculos del Coliseo, crueles en su mayoría, fueron realizados durante el paleocristianismo, el tiempo correspondiente a los tres primeros años después de Cristo.
El gran anfiteatro fue escenario de una gran cantidad de espectáculos; durante su inauguración hubo cien días y cien noches de celebraciones y vio morir a dos mil gladiadores y cinco mil fieras. En dichas muestras, también eran usuales las luchas entre gladiadores quienes peleaban hasta causar la muerte del contrincante. Peor fue cuando el gran emperador Trajano organizó 117 días de fiestas para celebrar la conquista de Dacia -hoy Rumania- con una masacre de 10 mil animales y combates de 9 mil gladiadores. Satisfacción garantizada: el rojo sangre dominó totalmente la arena.

La Basílica de Santa Sofía

Sobre un hermoso prado verde se levanta la colosal basílica ubicada en Estambul,  joya de la época de oro bizantina a caballo entre Europa y Asia. Fue levantada sobre la primitiva basílica de Constantino y durante casi mil años fue utilizada como iglesia cristiana; luego, con la invasión otomana, fue transformada en mezquita. Allí se refugiaron los aterrorizados habitantes en el ataque a la ciudad. Según cuenta la leyenda, el emperador Justiniano recibió la visita de un ángel que le ofreció acertados consejos para superar al famoso templo del rey Salomón, motivo por el cual la "Iglesia de la Santa Sabiduría de Dios" fue erigida en el tiempo record de cinco años: entre 532 y 537 d.C. En 1935 fue convertida en museo.

El Kremlin y la Catedral de San Basilio

La impactante catedral debe su emplazamiento a un sueño profético de Iván el Terrible. La Catedral de la Intercesión de la Virgen en el Montículo, más conocida como Catedral de San Basilio, está situada en la parte meridional de la Plaza Roja, cerca de la Puerta del Salvador del Kremlin y fue construida por orden del zar para conmemorar la victoria de Rusia sobre el Kanato de Kazán.

Según la leyenda, Iván quedó tan maravillado con el resultado final que ordenó cegar a su arquitecto jefe para que jamás pudiese reproducir nada semejante.
El nombre "Catedral de San Basilio" proviene de Basilio el Bendito, una figura muy respetada en Rusia que paseaba desnudo y descalzo, era un "loco por Cristo", vivía de la caridad y hacía milagros. Está enterrado en la Capilla de la Santa Trinidad -al este de la construcción- y hoy en día todo el conjunto es conocido por el nombre de este Santo.

En la tumultuosa historia de Moscú la catedral ha estado varias veces a punto de desaparecer. Sobrevivió a incendios, a las tropas de Napoleón que la usaron como establo e incluso a un plan de demolición por parte de los colaboradores de Stalin, quienes opinaban que San Basilio no dejaba suficiente espacio a los desfiles. Además, determinadas historias cuentan que el Kremlin y la Catedral estarían conectados por sendos pasillos subterráneos, aunque todavía hoy no fueron localizados.

El Taj Mahal

La increíble proeza arquitectónica, epítome del arte musulmán en la India, es fruto de la profunda desesperación, amor y devoción que sintió el emperador mogol Sha Jahan, hacia su esposa favorita, quien falleció dando a luz a su 14° hijo.

Cuenta la historia que, enterado el emperador de la noticia, se sintió morir. Su tristeza fue tan profunda que se encerró en su habitación una semana entera sin comer ni beber. Al cabo de ese tiempo, salió y ordenó que se cumpliera luto estricto en todo el reino, llegando a prohibir hasta la más mínima sonrisa entre los súbditos. Mientras tanto, Jahan hizo un juramento: Mahal tendría la tumba más hermosa que el mundo hubiera visto jamás, para que el recuerdo de su nombre perdurara por siempre.

El monumento, en el que trabajaron 20.000 hombres, fue construido entre 1631 y 1648 y costó 32 millones de rupias. La tumba fue íntegramente adornada por piedras preciosas traidas de distintos puntos: Bagdag, China, Afganistán, Tíbet, Egipto, Persia, Yemen, Rusia, Ceilán... Tal descomunal frenesí llevó al emperador a caer en la total ruina económica, lo que trajo aparejado la pérdida de su trono desatándose una cruenta guerra entre los posibles herederos. Frente a esta situación Sha Jahan se sintió muy debilitado y decidió rendirse. Su hijo Aurangzeb tomó el trono, y le permitió seguir con vida a cambio de quedar prisionero hasta el día de su muerte en el Fuerte del Agra. Finalmente, el Sha fallece en 1666. Por fin descansa en paz. Desde aquel entonces yace eternamente junto a su amada en la obra maestra más universalmente admirada.