El de Calígula no fue, ni mucho menos, el único gobierno en manos de un desequilibrado. Ocupar el trono imperial otorgaba omnipotencia e hizo despertar en algunos de sus sucesores sadismo, megalomanía, excentricidades varias y los más terribles desmanes. Las luchas por el poder provocaban muchas muertes e hicieron que fuera extraño llegar a la tumba por causas naturales.
Acompáñenme, para recorrer juntos este Histórico Pasaje del Terror.
Nerón, emperador durante 54-68 d.C. Comparte con Calígula el dudoso honor de ser uno de los peores emperadores romanos. Aunque no sólo tuvo sombras durante su existencia, gobernó de forma despótica y cruel y era muy temido por sus delirios y locura asesina.
Entre muchos otros, hizo matar a su hermanastro Británico, a su madre Agripina, a su esposa Octavia y fue culpable de la muerte de su segunda esposa, Popea, una intrigante que lo incitaba a cometer extravagancias. También ordenó asesinar al pretorio Burro, que fue quien guió su política exterior hasta 62 y a su preceptor Lucio Anneo Séneca. Confiscó los bienes de los senadores e impuso tasas desorbitadas para construir su palacio de oro.
Su vocación eran las artes y cuando se produjo el incendio de Roma (64) la leyenda cuenta que él la contemplaba tocando la lira; luego comenzó la persecución a los cristianos. Declarado enemigo público, fue condenado a flagelación hasta la muerte. Prefirió suicidarse.
Nerón |
Vitelio, emperador el año 69, era un hombre astuto y de carácter adulador. Fue el mayor recaudador de impuestos de la historia de Roma y dejó las arcas con superávit obligando a pagar tributo hasta a bebés, ancianos e inválidos. Si no lograban reunir el dinero eran encarcelados y torturados durante una semana.
Déspota y vicioso, fue rebautizado como Vitelio el Glotón porque comer era su vida. Daba de tres a cuatro banquetes al día (más de 2000 peces y 7000 aves en cada uno, abundancia de vino y ostras al por mayor), y cuando quedaba saciado, para poder seguir comiendo, se introducía una pluma en la garganta; así se forzaba a vomitar. Mandaba a la flota imperial a rastrear el mar para encontrar nuevos ingredientes. Irónicamente cruel, mató a su madre de inanición.
Poco antes de ser ejecutado por la plebe, estaba comiendo sesos de alondra con miel. Fue colgado boca abajo, linchado y su cuerpo arrojado al Tíber.
Vitelio |
Domiciano, emperador de 81 a 96. Siniestro, se hacía llamar "Señor y Dios Nuestro" y pretendía que los visitantes le besaran los pies. Persiguió a los filósofos estoicos y a los judíos y los mataba de forma particularmente cruel. Además adoraba cazar moscas, empalarlas con alfileres y luego arrancarles las alas. Por otro lado, controló la administración del imperio y combatió la corrupción lo que provocó una fuerte oposición. Entonces, paranoico de las conspiraciones, ordenó pulir los pilares de mármol de su palacio para que actuaran como espejo y pudiera ver si alguien quería apuñalarlo por detrás.
Se jactaba de impresionar a sus víctimas: antes de ejecutarlas las invitaba a un copioso banquete, del cual los futuros torturados salían encantados. Luego, les quemaba los genitales. Además de estas monstruosidades dejó embarazada a su nieta, que murió al ser obligada a abortar. Murió asesinado por su séquito.
Domiciano |
Cómodo, emperador de 180 a 192. Absolutista, despótico y cruel, fue el emperador que le hacía la vida imposible a Russell Crowe en "Gladiador".
Dejó los asuntos de estado en manos de terceros para dedicarse a combatir en el circo, actividad que disfrutaba mucho porque siempre salía victorioso ya que obligaba a sus contrincantes a emplear espadas de madera mientras que él bajaba a la arena pertrechado con espadas de verdad. Se vestía como el héroe mitológico Hércules y exhibía sus músculos. En una ocasión, y para mayor divertimento, blandió la famosa maza del héroe griego y golpeó hasta la muerte a lisiados que se arrastraban por las calles. Mandó a asesinar a su hermana y a miembros del Senado por miedo a posibles conspiraciones, reales o no. Fue estrangulado por su profesor de esgrima.
Cómodo |
Heliogábalo, emperador de 218 a 222. Fue un adolescente disoluto llevado al trono a los 14 años de edad. Sus excesos no tuvieron fin y como administrador fue un completo desastre. Nombrado sacerdote supremo del dios sirio del sol (del que adoptó su nombre) trajo de su Siria natal un culto fálico del que era febril devoto.
Su reinado se caracterizó por el libertinaje y la superstición y estaba siempre rodeado de magos. Él mismo sacrificaba rebaños enteros y luego danzaba vestido de mujer. Quería un hijo sagrado y, por ello, violó a una vestal. Pero su obsesión eran los hombres. Entre tantas multitudinarias orgías en palacio, al final se enamoró perdidamente de un esclavo llamado Hierocles. Entonces, ordenó otro casamiento, en el que Heliogábalo sería la mujer que se uniría al esclavo, pero esta grotesca pasión selló su destino: concibió la fantástica idea de abdicar en favor de su esclavo, con lo cual Hierocles se convertiría en emperador, mientras él, reinaría como emperatriz.
Las excentricidades de Heliogábalo, enfurecían cada vez más a los pretorianos y
este plan fue la gota que rebalsó la copa.
La propia guardia pretoriana lo ejecutó por orden de su abuela. Fue ahogado en excrementos, su cuerpo arrastrado por las calles y arrojado al Tíber con una piedra atada al cuello. Sólo tenía 18 años.
Heliogábalo |