General Don Manuel Belgrano Creador de la Bandera Nacional Argentina |
A Don Manuel Belgrano, "paladín quijotesco de Argentina", algunas de sus frases lo pintan de cuerpo entero: "¿Qué quieren de mí? si es necesaria mi vida para asegurar el orden público, aqui está mi pecho; quítenmela". Con estas palabras Belgrano demostraba su patriotismo desinteresado, su contracción al trabajo y su fuerza moral para enfrentar adversidades.
El creador de la Bandera Argentina fue un hombre comprensivo, de gran inteligencia y tan humano como cualquier otro pero con la gran diferencia que resignó y donó todo por luchar y soñar por su patria. Consagró su vida íntegra al servicio de su país.
Fue un gran defensor de Buenos Aires durante las Invasiones Inglesas, y un lúcido ideólogo de la Revolución de Mayo; asimismo promovió el comercio, la cultura y el imperio del derecho.
También fue general para su inconveniencia personal -éste no era su oficio- de ejércitos improvisados y mal alimentados, pero heroicos. Venció y tambien fue vencido en batallas fundacionales, casi mitológicas. Aquella imagen de un Belgrano débil de carácter no se corresponde en absoluto con la realidad; si bien era un hombre refinado aplicaba la disciplina militar con todo rigor. Fue severísimo consigo mismo y con sus subordinados.
General Don Manuel Belgrano |
Se sabe que destinaba sus sueldos al socorro de las necesidades del mismo ejército y desterró de su persona y de su casa todo lujo y hasta las comodidades más necesarias.
Por los triunfos espectaculares de Salta y Tucumán, la Asamblea del Año XIII decidió premiarlo con 40.000 pesos oro (que serían un millón y medio de dólares de hoy) pero el general no dudó y dijo: "He creido propio de mi honor y de los deseos por la prosperidad de mi patria, destinar los cuarenta mil pesos que me fueron otorgados como premio por los triunfos de Salta y Tucumán, para la dotación de escuelas públicas de primeras letras." Y agregó: "mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella".
Viendo su ejemplar trayectoria San Martín dijo de él: "fue un hombre lleno de integridad y talento natural, es de lo mejor que tenemos en América del Sur".
Domingo F. Sarmiento dijo de Belgrano: "es el espejo de una época grande".
Hombre sacrificado hasta el final, falleció a los 50 años de edad, olvidado y en la miseria; pero con el paso de los años la conciencia pública despertó y su figura finalmente resurgió como el representante del idealismo más puro, sirviendo de claro ejemplo de grandeza, dignidad y pundonor.